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Joven físico de 1938, llamado Arthur Ruhlig, predijo la fusión nuclear: su experimento acaba de ser confirmado

Por: Rocío Rios

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Desconocido estudiante de doctorado fue el primero en observar la reacción clave detrás de la fusión nuclear moderna

En 1938, un joven físico de la Universidad de Michigan realizó un experimento que pasó casi inadvertido. Su nombre, Arthur Ruhlig, no aparece en los libros de historia, y su hallazgo quedó relegado a una breve carta en una revista científica. Sin embargo, 85 años después, un grupo de científicos ha confirmado que aquel trabajo fue el primero en detectar indicios claros de fusión nuclear entre deuterio y tritio (DT), la reacción más prometedora para generar energía limpia.

El experimento original —redescubierto y replicado recientemente por investigadores de Los Álamos y la Universidad de Duke— cambia la narrativa sobre los orígenes de la fusión nuclear. Publicado en la revista Physical Review C, el mismo medio donde Ruhlig presentó su trabajo en 1938, el nuevo estudio valida la intuición visionaria de aquel joven físico.

Una carta que anticipó el futuro

En su experimento, Ruhlig dirigió un haz de deuterones hacia un blanco del mismo material. Aunque buscaba estudiar rayos gamma, detectó algo inesperado: protones con energías inusualmente altas. Al final de su informe, sugirió que esa energía podía deberse a una reacción secundaria entre deuterio y tritio, una hipótesis revolucionaria en ese momento.

“La reacción DT debe de ser una extremadamente probable”, escribió Ruhlig. Hoy, esa reacción es la base de los esfuerzos modernos para desarrollar reactores de fusión, por su capacidad de liberar grandes cantidades de energía de forma relativamente eficiente.

Ignorado por décadas, redescubierto por accidente

El trabajo de Ruhlig pasó desapercibido, en parte porque las pocas citas que recibió se enfocaron en los rayos gamma, no en la posibilidad de fusión. Fue recién en 2023, cuando un equipo encabezado por Mark Chadwick, del Laboratorio Nacional de Los Álamos, investigaba los orígenes del interés en la fusión DT, que apareció el nombre de Ruhlig. Una grabación de 1986 con el físico Emil Konopinski, pionero del Proyecto Manhattan, los llevó hasta la carta olvidada.

Resultó que Ruhlig y Konopinski habían sido estudiantes al mismo tiempo en Michigan y compartían mentor con Hans Bethe. Aunque no hay evidencia directa, todo sugiere que las ideas de Ruhlig pudieron influir en los trabajos posteriores sobre fusión nuclear.

Confirmación con tecnología moderna

Para comprobar la hipótesis, los científicos replicaron el experimento usando un acelerador Tandem y modernos detectores de neutrones en Carolina del Norte. Emplearon ácido fosfórico deuterado como blanco, en condiciones controladas, y lograron observar la misma reacción secundaria de fusión descrita por Ruhlig.

“La escala fue menor a la que él estimó, pero el fenómeno era real”, explicó el físico Werner Tornow. Es la primera vez que se logra este tipo de fusión en un entorno de baja energía y no en instalaciones gigantes como el National Ignition Facility.

Un legado redescubierto

Aunque Ruhlig no tuvo una carrera científica destacada tras su hallazgo, sí participó en proyectos secretos de la Marina de EE. UU. y estuvo presente en la Operación Greenhouse (1951), donde se probaron armas termonucleares basadas en la fusión DT, la misma reacción que él había intuido.

También desarrolló una fórmula para estimar la temperatura de plasmas de fusión a partir del espectro de neutrones, herramienta usada durante décadas. Su hija, Vivian Lamb, compartió recuerdos y fotos con los investigadores actuales, describiéndolo como “un científico modesto, brillante y riguroso”.

Una historia que nunca debió olvidarse

El trabajo de Arthur Ruhlig demuestra que incluso un hallazgo ignorado puede tener un impacto decisivo décadas más tarde. Su intuición anticipó uno de los pilares de la física nuclear moderna, y su historia es un recordatorio del valor de mirar al pasado con nuevos ojos.

“Ruhlig tenía razón”, concluyó Chadwick. “Y hoy, su nombre vuelve a ocupar el lugar que merece en la historia de la ciencia”.

Referencias

  • W. Tornow, M. Paris, M. Chadwick et al. Modern version of the uncited 1938 experiment that first observed DT fusion, Physical Review C (2025). DOI: 10.1103/PhysRevC.111.064618.