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La IA toma los controles: ChatGPT pilota una nave en simulación espacial y anticipa un futuro sin astronautas

Por: Rocío Rios

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Un experimento pionero con ChatGPT como piloto virtual demuestra que la inteligencia artificial no solo puede escribir textos, sino también controlar naves espaciales en entornos complejos. ¿Estamos presenciando el inicio de la exploración espacial autónoma?

Por primera vez, un modelo de lenguaje como ChatGPT ha sido puesto a prueba como piloto en una simulación espacial, y los resultados podrían marcar un antes y un después en la historia de la exploración espacial. Usando un entorno basado en el videojuego Kerbal Space Program, investigadores del MIT y la Universidad Politécnica de Madrid entrenaron a una IA para manejar una nave en misiones orbitales complejas. El modelo no solo participó, sino que quedó en segundo lugar en una competición internacional, superando a numerosos sistemas tradicionales.

Del teclado al control de vuelo

Durante décadas, las maniobras espaciales han requerido una combinación de humanos altamente entrenados y algoritmos especializados. Pero este experimento sugiere que los modelos de lenguaje —entrenados para entender y generar texto— también pueden razonar, decidir y actuar en tiempo real. Y todo, utilizando lenguaje natural.

En lugar de programar directamente ecuaciones físicas o rutinas de navegación, los investigadores emplearon un método sorprendentemente simple: tradujeron los datos de posición, velocidad y orientación de la nave en texto comprensible, y dejaron que ChatGPT respondiera también en forma de texto. Un sistema intermedio convertía estas respuestas en comandos dentro del simulador. Así, el modelo decía cosas como “gira a la izquierda” o “acelera 10 grados hacia el zenit”, y la nave ejecutaba las acciones.

Este enfoque, más cercano a una conversación por WhatsApp que a una línea de código, permitió que el modelo realizara maniobras orbitales precisas y complejas como cambios de órbita, intercepciones de satélites o evasión de amenazas.

Un videojuego como campo de pruebas espacial

Aunque puede sonar informal, Kerbal Space Program es ampliamente respetado por su rigurosidad en simular física orbital real. Su uso en este contexto no es casual: permite probar hipótesis complejas sin arriesgar recursos reales, convirtiéndose en un laboratorio digital para la inteligencia artificial.

La competición donde participó ChatGPT, KSPDG (Kerbal Space Program Differential Games), planteaba desafíos que imitan condiciones reales del espacio: misiones de interceptación, evasión o posicionamiento orbital. Y el modelo, con una mínima cantidad de ejemplos de entrenamiento y sin código específico de navegación, logró posicionarse entre los mejores.

Lenguaje natural en lugar de código duro

A diferencia de los métodos clásicos, como el aprendizaje por refuerzo, que requieren millones de pruebas para afinar decisiones, los modelos de lenguaje ya vienen entrenados con vastas cantidades de información —manuales técnicos, leyes físicas, incluso guías de navegación espacial—. Esto les permite tomar decisiones con pocos ejemplos, gracias a técnicas como el few-shot prompting.

En este caso, el modelo fue afinado con ejemplos de misiones anteriores y especializado con sesiones adicionales de entrenamiento. ¿El resultado? Una IA capaz de analizar un escenario, deducir qué hacer y ejecutar maniobras sin necesidad de fórmulas ni sensores reales.

La competencia entre IAs

Además de ChatGPT, el experimento incluyó a LLaMA, un modelo de código abierto desarrollado por Meta. Ambos sistemas fueron evaluados bajo condiciones similares. Si bien ChatGPT mostró un rendimiento más estable de inicio, LLaMA destacó por su capacidad de adaptación al aumentar su entrenamiento. Ambos se ubicaron entre los finalistas, lo que demuestra que la inteligencia artificial basada en lenguaje está preparada para desafíos operativos, no solo conversacionales.

Riesgos y promesas de una nave sin humanos

El potencial de este avance es innegable, pero también plantea riesgos. Los modelos de lenguaje aún pueden cometer errores o generar respuestas inesperadas, lo que en una misión espacial puede ser catastrófico. Sin embargo, la promesa de vehículos espaciales autónomos, capaces de tomar decisiones sin intervención humana y operar incluso en tiempo real en otros planetas, es una idea cada vez más plausible.

Imaginar un futuro donde las naves no necesiten astronautas a bordo y puedan explorar, corregir trayectorias, evitar colisiones y completar misiones de forma independiente, ya no suena a ciencia ficción. Incluso podríamos ver misiones a Marte comandadas por IAs, que actúen con más rapidez que cualquier señal enviada desde la Tierra.

¿El inicio de una nueva era?

Lo más sorprendente de este experimento no es solo el logro técnico, sino su origen: un videojuego educativo, una IA conversacional, y un equipo de investigadores interdisciplinarios. Sin grandes presupuestos ni tecnología clasificada, han demostrado que la próxima frontera espacial podría depender más del lenguaje que del combustible.

Estamos viviendo una transición histórica. De ver a la inteligencia artificial como un asistente que responde correos, a contemplarla como el piloto de misiones que algún día podrían cruzar el sistema solar. Y todo, con una conversación.

Referencias

  • Carrasco, A., Rodriguez-Fernandez, V., & Linares, R. (2025). Large Language Models as Autonomous Spacecraft Operators in Kerbal Space Program. Advances in Space Research.