La cebolla roja o morada, como se conoce en México, bloquea el 99,9% de los rayos UV y podría reemplazar plásticos contaminantes
Un equipo de científicos europeos convierte un residuo vegetal cotidiano en un escudo ultravioleta natural con potencial para transformar la industria solar y electrónica sostenible.
En los laboratorios de Finlandia, una delgada película vegetal, teñida con el tono violáceo de la piel de cebolla roja, cubre una célula solar. No se trata de una instalación artística ni de una ocurrencia de cocina molecular. Es un experimento científico de alto nivel, y sus resultados podrían redefinir el futuro de los materiales protectores en la tecnología solar.
Según un estudio publicado en la revista ACS Applied Optical Materials, investigadores de las universidades de Turku, Aalto (Finlandia) y Wageningen (Países Bajos) han desarrollado un filtro ultravioleta biodegradable a base de nanocelulosa y extracto de piel de cebolla roja, que bloquea el 99,9% de los rayos UV sin sacrificar la luz útil para la generación de energía.
☀️ Un escudo vegetal más eficaz que el plástico
La investigación comparó por primera vez cuatro materiales bio-basados para su uso como filtros solares en células fotovoltaicas, enfocándose en su capacidad para bloquear la radiación ultravioleta (UV) sin interferir con la luz visible e infrarroja.
El filtro elaborado con extracto de Allium cepa (cebolla roja) superó incluso a los estándares comerciales basados en plásticos PET derivados del petróleo:
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Bloqueó el 99,9% de la radiación UV (<400 nm)
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Permitió el paso de más del 80% de la luz útil (650–1100 nm)
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Conservó su eficacia durante más de 1000 horas de exposición continua, equivalente a un año solar en Europa Central
“No solo es eficiente, también es estable en el tiempo”, explicó el investigador principal Rustem Nizamov, en declaraciones oficiales.
🌱 La cebolla que protege y desaparece
El proceso es tan sencillo como prometedor. Las pieles de cebolla —consideradas un residuo agrícola— se hierven en agua ligeramente ácida para extraer las antocianinas, pigmentos naturales con alta absorción de luz UV. Estos se integran luego en películas de nanocelulosa (fibras vegetales ultrafinas provenientes de la madera de abedul), creando un film flexible, translúcido y biodegradable.
Este material es especialmente útil para proteger tecnologías solares emergentes como las células solares sensibilizadas por colorantes (DSSC), que si bien son eficientes en condiciones de poca luz, son extremadamente vulnerables a los rayos UV.
Sin protección, una célula DSSC puede degradarse en dos días.
Con el filtro de cebolla, su vida útil se extiende hasta 8500 horas, superando ampliamente los 1500 horas que ofrece el filtro comercial estándar.
🔬 ¿Por qué no usar otros materiales vegetales?
Otros filtros naturales analizados incluyeron:
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Lignina: robusta, pero tiñe el filtro de marrón opaco, bloqueando la luz visible.
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Compuestos de hierro (Fe III): eficaces al inicio, pero se degradan rápidamente con la exposición.
La clave del éxito del filtro de cebolla está en su transparencia selectiva: absorbe casi toda la radiación dañina y deja pasar la energía útil para generar electricidad. Además, se integra en procesos de fabricación sostenibles y es totalmente compostable.
⚡ De los paneles solares al envasado inteligente
Las implicaciones de este descubrimiento van más allá del mundo fotovoltaico. Los investigadores plantean aplicaciones futuras en:
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Celdas solares de perovskita, altamente eficientes pero frágiles
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Dispositivos electrónicos biodegradables
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Sensores alimentarios alimentados por mini celdas solares
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Envases inteligentes que detecten temperatura o contaminación
El concepto se basa en una idea poderosa: usar residuos naturales como soluciones tecnológicas de alto rendimiento. Y todo ello, sin dejar huella.
📜 De la tradición al laboratorio
Aunque pueda sonar revolucionario, la idea de usar pigmentos vegetales como protección solar tiene raíces ancestrales: índigo, cúrcuma, maderas tintóreas y paraguas encerados fueron formas tradicionales de protegerse del sol en muchas culturas. La novedad está en el nivel de precisión científica y la escalabilidad industrial.
Lo que cambia ahora es el enfoque: de mirar a la naturaleza como recurso pasivo a verla como una fuente activa de soluciones. Y lo que antes terminaba en el cubo de compost, hoy podría formar parte de la transición energética global.
🧅 La cebolla: símbolo de una revolución sostenible
El descubrimiento representa más que una mejora técnica. Es un símbolo del cambio de paradigma: frente al modelo del plástico eterno, se impone una ciencia que busca funcionalidad con final feliz. Una tecnología que sirve mientras se necesita y luego desaparece sin contaminar.
Como la piel de cebolla: discreta, eficiente y biodegradable.
🔬 Publicación original:
📚 Rustem Nizamov et al. (2025). “Bio-Based UV Filtering Films for Photovoltaics: Onion Skin Nanocellulose Composite Surpasses PET in DSSC Protection”. ACS Applied Optical Materials.