CIUDAD DE MÉXICO.– México se calienta más rápido que el resto del planeta, advirtieron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al señalar que el país presenta un aumento de temperatura de 3.2 grados por siglo, mientras que el promedio global se mantiene en 2 grados por siglo. Esta alarmante cifra coloca al país en un punto crítico en la lucha contra el cambio climático.
Durante las mesas de trabajo rumbo a la Cumbre de Rectoras y Rectores de Universidades Mexicanas por la Acción Climática 2025, el doctor Francisco Estrada Porrúa, investigador en Ciencias Ambientales y Economía, explicó que la temperatura mundial ha superado el umbral de 1.5 grados Celsius desde 2023, una cifra clave que el Acuerdo de París estableció como límite para evitar consecuencias irreversibles.
“Llevamos más de año y medio sin ver que la temperatura global se frene, lo que puede deberse a una aceleración del calentamiento o a una subestimación de la capacidad de equilibrio del planeta”, señaló Estrada.
México se calienta más… y más rápido
El especialista explicó que, en el caso específico de México, la situación es aún más preocupante. Del periodo preindustrial a 2024, la temperatura ha aumentado 1.8 grados, lo que significa que el ritmo de calentamiento en el país es un 60% más rápido que la media global.
Un ejemplo tangible es el estado de Veracruz, donde se estimó que para 2020 se perdería el 24% de la producción cafetalera por efectos climáticos. Sin embargo, la pérdida real fue de 48%, el doble de lo previsto. “Esto refleja la gravedad de las consecuencias del calentamiento en México”, añadió.
Acción climática, una necesidad urgente
Durante el encuentro, Enrique Provencio Durazo, titular del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo, enfatizó que la acción climática debe asumirse como una política de desarrollo a largo plazo.
“Debe estar en el centro de la estrategia pública, con respaldo político y económico. Sí, cuesta, pero también genera beneficios a gran escala”, aseguró.
Por su parte, Naxhelli Ruiz Rivera, titular del Seminario Universitario de Riesgos Socioambientales, hizo hincapié en la relación entre el cambio climático y los derechos sociales. Expuso que más de 35 millones de viviendas en el país presentan carencias graves, lo que agrava los efectos del clima extremo, especialmente en zonas urbanas con escasa infraestructura verde.
El calor extremo llegó para quedarse
Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el aumento de olas de calor en México está vinculado a sistemas anticiclónicos que impiden la formación de nubes y favorecen temperaturas extremas. En 2024, 21 estados del país registraron temperaturas récord, entre 35 y 45°C, lo que convirtió ese año en el más caluroso del siglo.
Los expertos advierten que, incluso si se logran frenar las emisiones de CO₂ hoy mismo, las olas de calor continuarán hasta por lo menos 2060.
Estas condiciones ya provocan apagones masivos, incremento en incendios forestales y afectaciones a la salud. El golpe de calor –un sobrecalentamiento peligroso del cuerpo– se ha vuelto más común en distintas regiones del país.
Recomendaciones ante una ola de calor:
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Hidratación constante, aunque no se tenga sed.
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Usar ropa ligera y de colores claros.
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Evitar actividades físicas intensas bajo el sol.
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Protegerse con bloqueador solar, lentes, sombrero o gorra.
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Comer alimentos frescos y evitar bebidas alcohólicas.
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No permanecer en vehículos cerrados bajo el sol.
¿Qué sigue?
El académico Eduardo Vega López, de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad, informó que las 25 universidades participantes en la cumbre buscarán impulsar una ciudadanía ambiental más informada y comprometida con la sostenibilidad, a través de estrategias educativas y acciones colectivas.
“La educación ambiental será clave para enfrentar este desafío. No basta con políticas; se necesita transformación cultural”, concluyó.
Con este diagnóstico, México se enfrenta a una encrucijada: tomar medidas urgentes o sufrir consecuencias cada vez más graves. La ciencia ya dio la alerta. La decisión está en manos de quienes gobiernan… y de la sociedad.