6 de marzo de 2025
En Baja California, un lugar privilegiado para la astronomía se alza como un observatorio clave para la ciencia astronómica mundial. El Observatorio Astronómico Nacional, en San Pedro Mártir, es el sitio donde el conocimiento del universo se expande y se consolida gracias a la tecnología y a la colaboración internacional.
Ubicado a 3,000 metros sobre el nivel del mar en la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, este observatorio es considerado uno de los mejores lugares para la astronomía a nivel mundial. Su entorno único —un cielo oscuro, despejado el 80% de las noches y con una atmósfera limpia y estable— hace de San Pedro Mártir un sitio inigualable para estudiar el cosmos. William Lee, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM y líder del proyecto COLIBRI, lo define de manera rotunda: “Lo puedes desarrollar y lo puedes echar a perder, pero no lo puedes construir”. Los mejores lugares para observar el universo incluyen el desierto de Atacama en Chile, las cumbres volcánicas de Hawái, las Islas Canarias y, por supuesto, San Pedro Mártir.
Un Observatorio Robótico y el Desafío de la Montaña
Aunque el telescopio instalado en San Pedro Mártir es robótico, su operación no es completamente autónoma. La instalación y el mantenimiento del equipo requieren de un personal altamente capacitado que conozca tanto los aspectos técnicos de los telescopios como las particularidades de operar en una montaña. A 3,000 metros de altitud, el clima puede ser impredecible y las condiciones extremas pueden poner a prueba la maquinaria. Por ejemplo, si el sistema meteorológico falla y comienza a llover, el equipo humano debe intervenir para cerrar el domo del telescopio y evitar daños.
A pesar de ser un telescopio robótico, el equipo científico tiene acceso remoto al observatorio, lo que les permite tomar decisiones incluso a distancia si es necesario. Esta interacción constante entre la automatización y la intervención humana garantiza que el telescopio funcione de manera óptima, sin importar las condiciones que se presenten en la remota sierra de Baja California.
El Legado del Observatorio Astronómico Nacional
El Observatorio Astronómico Nacional (OAN), bajo la gestión de la UNAM, tiene una rica historia que se remonta a hace 95 años. Originalmente fundado en la Ciudad de México, el crecimiento de la capital y la creciente contaminación lumínica obligaron a los astrónomos a buscar un sitio más adecuado. Así, el observatorio se trasladó progresivamente: primero al Castillo de Chapultepec, luego a Tacubaya y finalmente a San Pedro Mártir, en Baja California, donde las condiciones del cielo son inmejorables para la investigación astronómica.
Durante las décadas de 1960 y 1970, mientras la humanidad comenzaba a captar los primeros destellos de rayos gamma, los pioneros del Instituto de Astronomía de la UNAM, como Guillermo Haro, Eugenio Mendoza y Arcadio Poveda, ya identificaban a San Pedro Mártir como un sitio ideal para la astronomía.
COLIBRI y la Colaboración Internacional en la Exploración del Cielo Transitorio
Uno de los proyectos más recientes y emocionantes del observatorio es el telescopio COLIBRI, que ha sido diseñado para seguir las señales del satélite franco-chino SVOM, lanzado al espacio en junio de 2024. Sin embargo, la misión de COLIBRI no se limita solo a este seguimiento: la comunidad científica franco-mexicana ha creado una red de colaboración para que investigadores y estudiantes de ambos países puedan utilizar el telescopio para estudiar fenómenos astronómicos conocidos como el cielo transitorio.
Este campo de estudio incluye eventos cósmicos como supernovas, cometas, rayos gamma y estrellas variables, cuya característica principal es que cambian con el tiempo. El 45% del tiempo de uso del telescopio se destinará a estos estudios, mientras que el resto del tiempo estará disponible para la comunidad astronómica de México y Francia, quienes podrán presentar sus propias propuestas de investigación. Dos veces al año, una comisión de astrónomos revisa las solicitudes y decide qué proyectos se llevarán a cabo.
Astronomía y Tecnología: Impacto Más Allá del Espacio
La astronomía, además de buscar respuestas sobre el universo, también impulsa avances en otros campos del conocimiento y la tecnología. William Lee lo explica: “Hacer estas cosas tiene consecuencias industriales, comerciales y prácticas para beneficio de la sociedad”. El desarrollo y la investigación en áreas como ingeniería, telecomunicaciones, óptica, computación y tratamiento de datos son fundamentales para la astronomía moderna, y las técnicas utilizadas para procesar grandes volúmenes de datos, como los generados por los telescopios, tienen aplicaciones directas en otras áreas, como la salud.
“Las técnicas que usamos para tratar los datos en astronomía, a veces son las mismas que se emplean en secuenciación genómica o tomografía médica“, agrega Lee. Esto muestra cómo la ciencia astronómica no solo nos acerca a entender el cosmos, sino que también tiene un impacto tangible en otros sectores del conocimiento y la tecnología.
Un Futuro Brillante para la Astronomía Mexicana
La labor del Observatorio Astronómico Nacional y el telescopio COLIBRI marca un hito en la astronomía mexicana y mundial. A través de la colaboración internacional, el desarrollo tecnológico y el constante monitoreo del cielo, México se consolida como un actor clave en el estudio del universo. San Pedro Mártir, con su cielo claro y estable, sigue siendo un lugar privilegiado para observar el cosmos y, a través de estos proyectos, contribuir al avance del conocimiento humano en áreas como la física, la tecnología y la salud.