Escuelas incorporadas y privadas

Por: Adán Morales

@adangio

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Vaya polémica que se ha desatado con la nueva Ley de Educación promulgada en Puebla. No es para menos, es ambigua y prende los focos rojos en varios colegios y universidades privadas.

Habla de controlar y verificar cuotas, de inspecciones, de multas y sanciones, regulación sobre el uso de uniformes, menciona que los muebles e inmuebles deben estar dentro del Sistema Educativo Estatal entre otras cosas más que, no deja claro cuál es el espíritu de la ley ni cuál es su principal objetivo de regulación.

Repasemos un poco la historia.

La figura de incorporación o escuela incorporada a la SEP es añeja. La Secretaría de Educación vía una serie de requisitos admitía o rechazaba que hubiera otra escuela de enseñanza básica, media superior y superior particular. Pero como en toda sociedad dinámica y moderna, a mayor aumento de población mayor demanda educativa; y como el Estado nunca ha cubierto de manera eficaz la demanda educativa los permisos para abrir colegios eran una oportunidad para todos.

Todo esto funcionaba bien y no era blanco de críticas sino hasta 1992 cuando fue la BUAP que a través de su Consejo Universitario, aprobó la misma figura de “Incorporación”, es decir, se hablaba ya de educación superior incorporada a la BUAP. ¿La causa? La misma. La masificación de demanda de estudiantes a ingresar a la BUAP. Fue entonces que, a partir de esta fecha, se dio un boom en apertura de Universidades incorporadas a la BUAP y a la SEP respectivamente. Simplemente la demanda de estudiantes poblanos y del sureste del país no era suficiente.

Las críticas y calificativos hacia estas universidades empezaron a surgir, “escuelas patito”, que si eran puro negocio, que si no cumplían con la mínima calidad académica, etc.

No pecaremos de ingenuos y había parte de razón en estas críticas. Por supuesto que hubo Universidades que vieron esto como un negocio bastante redituable y sin querer invertir en nada más, se quedaron en inmuebles que eran incómodos, o cumplían mínimamente con su objetivo, impartir clases y entregar calificaciones; sin preocuparse más allá, por crear y desarrollar foros, congresos, publicaciones o eventos

Pero como es lógico, ante la competencia que existía y existe entre escuelas y Universidades, aquellas que no se preocuparon por tener inmuebles propios, cómodos; contratar profesores preparados o mejores instalaciones, participar en congresos o foros, fueron perdiendo credibilidad dentro de los estudiantes de nivel básico o aspirantes a estudiar una carrera universitaria.

Hoy en día considero que la oferta educativa en Puebla es envidiable. Sin querer, Puebla se ha desarrollado como una ciudad universitaria que, de paso, detona otro tipo de beneficios en el sector comercial, turístico, de bienes raíces, en la construcción, etc. Esto, sin dejar de lado las oportunidades que tienen los jóvenes a seguir estudiando si no alcanzaron un espacio en la BUAP y no tienen el poder adquisitivo para pagar una colegiatura del tabulador Ibero o Tecnológico de Monterrey.

Me parece lamentable que existan opiniones donde se condena a estas universidades sin conocer más a fondo su historia y trayectoria, sin conocer cuántas familias dependen económicamente de estas universidades y escuelas incorporadas; maestros, administrativos, académicos, intendentes, etc. Y más lamentable condenar y mofarse de que se gradúen y tengan empleo. Entonces, ¿el joven que no obtuvo un lugar en la escuela pública está condenado a no seguir estudiando aunque ese sea su deseo?, ¿Debe tener la BUAP 80 alumnos o más en cada salón de clase?, ¿Eso es pedagógico?, ¿Los alumnos egresados de Universidades incorporadas no deben conseguir empleo? No entiendo el sentido de la burla.

Ojalá y esta nueva Ley de Educación revise algunos de sus numerales y artículos o, al menos, explique cuál es su sentido y objetivo.

Si ambas partes, sociedad y gobierno deseamos que los jóvenes sigan estudiando, ¿por qué condenar a las Universidades?

Pósdata. Opinar es bueno, pero investigar es mejor.

 

Mi cuenta en tuiter: @TavoCorvera