Puebla, ya no figura ni siquiera, entre las 15 entidades con mejores condiciones para atraer empresas, sino que está en la lona en los 4 criterios fundamentales, incluso, superada por Tlaxcala.
@AlbertoPacheco_
Hoy, nearshoring, es la palabra de moda, la escuchamos un día sí y al otro también, y nos la están vendiendo, como el gran momento de México, para atraer a las mejores empresas y en consecuencia, generar también, los mejores empleos que se traduzcan en bienestar para los mexicanos.
No obstante, al igual que en el 94, con la llegada del TLCAN, Mexico es un país que no prevé, sino que busca aprovechar las oportunidades, prácticamente, hasta que estas, le han pasado de frente.
En la década de los 90s, el TLCAN no trajo bienestar para las mayorías, sino que nos convirtió en el traspatio de la manufactura de bajo valor agregado y, en consecuencia, solo generó un tipo de esclavitud moderna.
Empleos híper precarizados bajo condiciones de explotación, y la llegada de empresas de muy bajo valor agregado, que en nada abonaron a construir una nación moderna, innovadora y creadora.
Hoy, si bien el nearshoring sí representa una gran oportunidad, llega en un momento de increíble mediocridad, sobre todo, por parte de la gran mayoría de Entidades, que jamás se han preocupado por generar las condiciones necesarias para estar listas, no al momento de que aparezcan las oportunidades, sino muchísimo antes.
Y Puebla, es el ejemplo perfecto, una entidad que hasta mediados de la segunda década del milenio, pintaba para ser protagonista, con la llegada de Audi, la creación de una red de infraestructura sin precedentes y acompañada de un pujante sector educativo, hoy no es más que un zombi que sobrevive, a través de promesas incumplidas, pero que se topa, con la tremenda realidad de los datos.
Recientemente, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), en colaboración con la Fundación Friedrich Naumann (FNF), analizó distintos indicadores socioeconómicos relacionados con el mercado laboral, la disponibilidad de insumos básicos, la infraestructura y el marco regulatorio en un esfuerzo por evaluar el nivel de preparación que tiene en cada entidad federativa para aprovechar las oportunidades generadas por el nearshoring.
Y el resultado, si bien fue muy positivo para algunos, como Nuevo León, fue un desastre para otros como, por ejemplo: Sí, Puebla.
Que, pese al discurso oficial por parte de la secretaria de economía, la realidad la sobrepasa y solo evidencia que, en materia económica, su gestión, ha sido un verdadero fiasco.
Puebla, ya no figura ni siquiera, entre las 15 entidades con mejores condiciones para atraer empresas, sino que está en la lona en los 4 criterios fundamentales, incluso, superada por Tlaxcala.
Pese a ser la entidad con mayor número de centros educativos de nivel profesional, no tenemos mano de obra realmente cualificada.
Pese a no estar una zona árida como las entidades del norte, tampoco tenemos disponibilidad suficiente de agua.
No tenemos energía asequible ni infraestructuras logísticas relevantes, seguimos obcecados con el discurso romántico de la cercanía con la CDMX y Veracruz, presumiendo un aeropuerto cuasi fantasmal y un nulo sector intensivo en Innovación y desarrollo. A lo mucho, tenemos un cementerio de plazas comerciales y edificios de negocios vacíos.
Encima, respecto a la calidad regulatoria, casi el 70% de empresas en Puebla, califican de manera negativa, el marco regulatorio para invertir.
Por ahora, Puebla solo puede presumir de la apertura de nuevos Walmart´s y Autozone´s, y tratar de ocultar los fiascos que han sido empresas como LINK EV que ni llegaron, ni llegarán.
Puebla, ya ni siquiera está entre las 10 entidades que más aportan a la economía del país, tenemos la mayor proporción de empleos informales y los salarios más bajos para profesionistas.
EL nearshoring, es solo una promesa, al menos para Puebla, lastima, de verdad lástima…Porque empresas como Tesla y las que seguirán llegando, tendrían que haber elegido a Puebla, pero como más o menos dijo Cristy Nodal: YA NO ES, NI SERÁ…