La semana pasada se llevó a cabo el desfile (virtual) del Orgullo LGTB+ y como cada año, el debate (ocioso) se volvió a dar. A favor o en contra. Creo que esto ya está rebasado, cada quien puede estar con quien desee, gustarle a cualquier persona o querer a quien desee. Sin embargo, pareciera que ahora se abre otro debate debido a un exceso en los apoyos: ¿eres una persona políticamente correcta?
Sin duda la nueva modalidad de los tiempos y la época nos están obligando a ser Políticamente correctos. Cuidado si no te sumas, te manifiestas a favor o mínimo das pulgar arriba porque de lo contrario, serás condenado mediáticamente, las redes sociales, el mejor ejemplo.
Me parece que respetar, el respeto, es por lo que todos pugnamos, pero este tiene que ser recíproco y de ida y vuelta. Mientras no se ofenda o discrimine a una persona por la condición que sea; de raza, preferencia sexual, nacionalidad, ideología política, etc, no veo mayor problema y debate en si debemos sumarnos o no. Hay causas que lo ameritan y en donde se debe ser unánime la opinión y la condena: contra la violencia, la trata de personas, la explotación laboral y la explotación infantil. Mientras una persona no sea discriminada o violentada por su preferencia sexual o raza, la opinión que tengamos está de sobra porque de lo contrario podemos caer en lo absurdo y lo ridículo de esta nueva modalidad: Lo políticamente correcto.
Nadie niega que era necesaria una revisión de los Derechos Humanos en los últimos años debido al dinamismo social que se vive. Revisión a los D.D.H.H. de grupos discriminados o minorías vulnerables; tampoco nadie duda que todavía falta mucho trabajo por hacer (y ahora que CONAPRED ha sido recién descubierta, más), el problema ya no está oculto, se exhibe y se denuncia. Y estos logros son de años de lucha de estas minorías, se aplaude y se reconoce, ¡No discriminar! es la consigna y la sociedad empieza a cumplirla pero… entonces
por qué no es suficiente. La respuesta es simple, debes ser Políticamente correcto o no apoyas.
Valga un ejemplo con una anécdota personal. Una persona muy querida me preguntó si no me había gustado su foto en redes sociales con la bandera gay en la mejilla porque no había hecho ningún cometario a la misma, le respondí que sí pero sin hacer más aspaviento, su revire fue sorprendente: “¡Ah! que eres anti gay, pues yo tengo un amigo que es gay y lo amo” No quise entrar en un debate que no existía, pues simplemente supe fue el día del Orgullo gay y así lo respeté.
Creo que hoy en día muchos de nosotros tenemos amigos cercanos o familiares abiertamente gays y eso no cambia en lo absoluto nuestra forma de quererlos o amarlos, pues en nada tiene que ver su valor como personas, sus capacidades en lo laboral y su éxito en lo profesional con sus preferencias sexuales. Cada uno de nosotros, tengamos la preferencia sexual que tengamos, vivimos en una sociedad más incluyente y más respetuosa y eso es bueno, pero creo, de igual forma, que la tolerancia debe ser de ida y vuelta. Si eres gay, que bueno, si eres heterosexual, que bueno, si te gusta ir a la iglesia que bueno y si no te gusta, también se respeta; no podemos obligar ahora a las personas a que salgan a las calles a gritar Vivas por el día del Orgullo LGTB+ o por el día del Santo Patrono. Cada persona vive sus creencias e ideologías de forma libre e independiente. Nadie puede ser obligado a congeniar con determinada ideología forma de vida pero sí estamos obligados a respetar y a más a condenar cualquier tipo de violencia.
Y es que en esta nueva modalidad, donde tienes que ser políticamente correcto, ya no puede existir la icónica fotografía de la marca de hot cakes “Aut Jemima” porque es la de una mujer de raza negra y ahora vivimos en un #BlackLivesMatter, o debemos sumarnos a la censura de una caricatura noventera llamada Animaniacs porque de lo contrario somos homofóbicos, racistas y clasistas.
Me parece estamos llegando al punto extremo y contrario donde no se permitirá nada que no sea Políticamente correcto.
Mi cuenta en tuiter: @TavoCorvera
