Últimamente han abundado y seguirán así, los mensajes de los políticos preocupados por las desgracias y carencias de los poblanos.
Nos regalan cubrebocas, se toman selfies echando memelas, se acuerdan de todas las efemérides y días por conmemorar; y los pocos se atreven a dar consejos de como sortear las crisis en tiempos de COVID
Cuando George Bush Sr. perdió la reelección ante un desconocido gobernador de Arkansas de nombre Bill Clinton, preguntó a sus asesores cuál había sido la razón de su derrota. La leyenda cuenta que estaba en el baño, al lado de Jim Baker. Este último le dijo sin titubear: it’s the economy, stupid. La frase se hizo un clásico inmediato.
Hay analistas que pronostican una nutrida participación en las elecciones que vienen y otros pronostican que el abstencionismo vencerá.
La razón de ambos resultados es que la gente está cansada de los políticos.
Existe un rosario de razones por las cuales el votante puede o no salir a votar el día D.
- La sociedad esta polarizada entre chairos y fifís
- El ingreso no solo ha disminuido sino que para muchos ha desaparecido
- La clase media es cada día menos y los pobres vamos en aumento.
- Los políticos se han vuelto chapulines, sin ideas pero con ambiciones
- El gobierno libra una guerra contra el pasado y olvida el presente.
- Los gabinetes municipales y estatal están llenos de aduladores y son pocos los especialistas colocados en sus áreas.
- La prensa incomoda es ridiculizada y la comoda también al convertirla en focas aplaudidoras
- El crimen organizado domina las calles.
Así, el menú de opciones para votar no votar es tan amplio que cualquier escenario planteado por los analistas en cuanto a la participación que se pueda dar es válido.
Las elecciones que vienen son trascendentales, pues marcaran la evaluación al desempeño de la 4T y fijaran el arranque de las elecciones del 2024.
Son trascendentales porque hay quienes van a salir a defender el rumbo que hoy tenemos y hay quienes van a salir a votar por los de enfrente para evitar que la 4T siga en el poder.
No pesaran tanto los méritos o sus propuestas sino el rechazo a que los MORENOS sigan mandando desde el poder.
El gobierno de Barbosa poco ayuda a los poblanos. No hay obra, no hay políticas públicas focalizadas, hay venganza y odio.
Sin embargo en la oposición tampoco hay una figura con la capacidad política y los códigos de ética necesarios que entusiasmen a los poblanos.
No hay salvador y los candidatos que logren convertirse en autoridades tendrán que enfrentar verdaderos retos; llamar a la unidad política de a deveras, establecer medidas de control para combatir el COVID, impulsar la economía local y la reconstrucción de instituciones, desde las más básicas como la policía hasta las más complejas como las fiscalías y el sistema penitenciario. Ninguna de estas tareas es sencilla.
Los días que vienen serán de terror político.
La polarización se acentuará.
Los lobos se vestirán de ovejas.
Y el electorado tendrá razones para salir o no a votar.
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