Carta a (Vale) una joven que entrará a la universidad.

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Tienes diecisiete años y preguntas cosas para las que no tengo respuesta.

A veces porque no se qué responderte y otras porque no siempre hay respuestas para todo. Y además escucho y leo a tanta gente que dice tener la verdad absoluta que casi siempre termino confundido.

En unas semanas entrarás a la universidad y sólo puedo escribirte que no hay varitas mágicas, ni ábrete sésamos, ni tréboles de la suerte.

Esos son cuentos chinos.

De lo que sí estoy seguro es de que no hay mejor forma de enfrentar la vida que el conocimiento.

Quizás pienses que hay mucha gente que sabe y que está desempleada o que hay miles de profesionistas ejerciendo otra cosa, menos para lo que estudiaron; pero también debes saber que el conocimiento básicamente funciona para comprender sin caer en el entorpecimiento, o en la resignación, es decir: te hará libre.

Con ello quiero sugerirte que leas, que viajes, y que mires, que leas, que viajes, y que mires, que leas, que viajes, y que mires…tantas veces puedas.

Perteneces a una generación que encontrara un país que es gobernado por MORENA, un país en donde manda el crimen y en donde los derechos de las mujeres van creciendo, pero aún no es suficiente para que gocen plenamente de sus derechos. Necesitas ser competitiva.

Tus raíces se encuentran en una cultura llamada Olmeca que no en vano es considerada la   “cultura madre” de Mesoamérica.

Una cultura que se mezcla con otras a medida que se extiende, que ha sido ejemplo para otras naciones. Es decir, tienes raíces de las cuales sentirte orgullosa y nunca las debes de olvidar.

Se que has leído, pero no está de más volver a releer a Juan Rulfo, Sor Juana Inés de la Cruz, Octavio Paz y si puedes leer de pronto a Homero, y a Virgilio será un gran avance; todos ellos te permitirán tener un vocabulario medianamente básico, una mente abierta y crítica.

No dejes de estudiar inglés, si puedes aprende un poco de náhuatl y trata de cultivar un poco de latín; grandes cosas han sido escritas en esas lenguas.

Por supuesto sin olvidar que el francés, el italiano, el japonés y el alemán también podrían servirte de pronto.

Pero que todo esto no te impida escribir y hablar correcto el bello y hermoso español, para ello puedes leer a Cervantes y Quevedo (El quijote de la mancha – la vida del buscón).

No olvides leer un poco de historia, comprenderás mejor el mundo.

Conoce tu estado, su comida, su gente, sus tradiciones, las virtudes y carencias que tienen las personas de cada municipio que conozcas.

Amada hija, si haces todo eso o al menos lo intentas, conocerás una verdad que pocos te podrán contar.

 

Mi cuenta en equis @adangio