Una fuente en Casa Aguayo me confió que el gobernador Barbosa lanzó una serie de calificativos cuando se enteró que Claudia Rivera reveló en su informe que él había instruido que la seguridad municipal fuera para un personaje ligado a García Luna, a un operador de Árdelio Vargas.
Su furia creció cuando se enteró de dos personajes que asistieron al evento: Zatarain y García Viveros.
El malestar aumentó cuando la aun alcaldesa, Zatarain y García Viveros se pasearon por los sapos y un mariachi los acompañó.
De inmediato tomó el teléfono e instruyó se aceleraran las investigaciones.
Llamó a la auditoría y pidió se integraran los expedientes de inmediato.
Le marcó al fiscal y le pidió prisa para integrar las carpetas.
Pidió al TSJ cuadraran el círculo para llevar a la cárcel a quien sea de la saliente administración municipal.
Y es que se sintió burlado con la actitud de la alcaldesa, ‘pues nadie que no peque de soberbia desafía a un gobernador’ –seguramente pensó-
El mensaje que quiere enviar es que nadie en Puebla puede enfrentar al gobernador y más si sobre ese alguien pesan sospechas de corrupción, acoso sexual y enriquecimiento. Hay verdades en sus razonamientos, pero el asunto lo ha tomado tan personal que da la impresión que la retórica sobre la ‘mala’ administración de Claudia Rivera es solo el pretexto para ajustar las cuentas por no haberse sometido.
Los días para que terminé la administración municipal se pueden contar con los dedos de las manos y la expectativa de contra quien irá parece irse despejando.
El día de hoy contestó indirectamente a los señalamientos de Claudia Rivera.
‘La determinación del gabinete del municipio de Puebla depende del alcalde entrante, no me corresponde involucrarme, yo acompañaré a las y los alcaldes de todo el estado, espero que sus decisiones sean resultado de la reflexión’ señaló en su mañanera.
Esta semana la revista PROCESO publicó “Una de las banderas de Miguel Barbosa fue la crítica al gobierno panista de Rafael Moreno Valle por el uso de la fiscalía estatal y las corporaciones policiacas para reprimir a los opositores y la protesta social. Ahora, defensores de los derechos humanos, organizaciones civiles e incluso una diputada federal de MORENA lo acusan de hacer lo mismo, aunque de manera más abierta y con base en mentiras, siembra de pruebas y emboscadas”
Sólo el gobernador sabe el fondo de sus motivaciones. De cualquier forma, cualquier camino de no hacerlo quirúrgicamente es de muy alto riesgo. Si hay delitos que perseguir, que actúe; si no existen, puede entra en un laberinto que manche su gobierno.
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