La presidenta municipal de Izúcar de Matamoros tiene en mente dos caminos para seguir en el poder: reelegirse o buscar la candidatura a la diputación local.
Pero para eso sabe que necesita dinero y estructura; el cash y la estructura de la SEP ya no los tiene.
Pero cuenta con la operación política de su pareja, Antonio Palafox, y del dinero sucio que deja el municipio: Que no es poco.
Toño Palafox fue el secretario particular de Melitón Lozano en la SEP.
La amistad y complicidad se acabó cuando Melitón quiso disponer de una alcaldía que creía había patrocinado.
Toño no lo consideró así y la amistad se acabó de la noche a la mañana, fue renunciado y salió de la dependencia por la puerta trasera (pero esa es otra historia)
Toño se refugió en Izúcar y decidió meterse de tiempo completo a administrar la ciudad que gobierna su mujer, con el objetivo de reelegirla o llevarla al congreso local en el 2024.
Para eso ha empezado a buscar a sus financieros.
Y los halló en donde siempre abundan personajes hábiles para el ‘bisnes’, para el diezmo y para aceitar ‘lo que venga’
Un constructor de apellido Condado es el que ‘curiosamente’ controla la obra pública del municipio.
Mas del setenta por ciento de la obra está en sus manos.
¿Usted imagina a cambio de qué?
¡Yo también!
Entre los constructores, la presidenta municipal y Toño Palafox, existen un par de intermediarios: Daniel Becerra y Gileny, quienes fungen como empresarios de día y como gestores de noche, coyotean en lo oscurito, pues. Ellos fueron despedidos del INAH por prometer bajar recursos federales a municipios y a quien se dejara; Hoy han encontrado en Irene y Toño, un par de clientes que los hará millonarios y en Condado al empresario que les dará lo suyo.
El negocio es redondo y difícilmente soportaría una revisión de la ASE.
Pero a eso a Toño no le preocupa y es que ya negocia información y dinero con quien tiene que hacerlo.
El dinero, por supuesto que será del municipio.
La información, de quien un día fue su jefe ‘Don Meli’
¿Qué sigue?
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