En las elecciones del 2010. Eduardo Rivera Pérez, fue llevado al palacio de Charly Hall por la ola Morenovallista que arrasó al priista Javier López Zavala.
Las expectativas del cambio eran altas, al final quedaron en expectativas.
Y es que el gobierno de Rivera Pérez no fue diferente a los gobiernos de sus antecesores, ejerció el poder municipal replicando las prácticas de los gobiernos priistas, aquellas que habían prometido desterrar, pero con el bono democrático con el que accedieron al gobierno les permitió potenciar y en algunos casos, superar.
Las promesas fueron incumplidas y en un juego ‘perverso’ de palabras se maquilló la realidad, quien no recuerda uno de los programas estelares de su administración, ‘Mil Calles’, cuando en realidad no se rebasaron las quinientas.
Una auditoria con aroma político pero no por eso no sustentada y ordenada desde lo más alto del poder local, reveló compras a empresas fantasma, asesores con pagos millonarios y otros pequeños detallitos que amenazaban con inhabilitarlo por doce años y una multa de 25.5 mdp. Un amparo y una negociación política en las altas esferas del CEN de AN hicieron que Rivera Pérez, logrará que el congreso del estado le aprobará sus cuentas públicas.
Sin embargo el caso no está cerrado, hace unos meses el auditor superior del estado, Francisco Romero Serrano advirtió que existen dudas en torno a cómo se aprobaron las cuentas públicas del ex presidente municipal de la capital, Eduardo Rivera Pérez, por lo que se procedería a la apertura de archivos, lo cual es algo permitido por la ley para la rendición de cuentas.
#Ahora 💡 El auditor superior, @aud_francisco, advierte que se pueden abrir archivos de la cuenta pública de @eduardorivera01 🧐
Vía @pacosanchez63 📹 pic.twitter.com/RSbaluNu9Z
— Intolerancia Diario (@IntoleranciaID) March 16, 2020