El evento en donde se reunieron Ignacio Mier y Claudia Rivera el fin de semana pasado, hizo que se adelantaran los tiempos del gobernador Barbosa en cuanto a la sucesión.
El juego sucesorio arrancó desde hace varios meses, pero fue el lunes que se dio el banderazo oficial.
Durante el gobierno han caído peones, alfiles, caballos, torres…
Pero nada esta definido, en el ajedrez, justo después de que los dos jugadores ejecutan su primer movimiento, se abren muchas posibilidades de juego. Concretamente, existen 400 posiciones posibles en el tablero. Después del segundo turno, hay 197.742 partidas posibles. Y después de tres movimientos, hay 121 millones.
¿Quién se atreve a especular?
Y más en un estado donde la tragedia y la nota roja son compañeros frecuentes de la clase política.
Algunos dicen que Nacho Mier esta muerto políticamente, que cuando cayeron Paco y Arturo, también cayeron sus aspiraciones. Pero en este caso la embestida mediática ha sido mayor a la jurídica, y sus aspiraciones siguen intactas, aunque sus posibilidades disminuyeron. Su candidatura dependerá de muchos factores, pero mayormente de la voluntad de Palacio Nacional.
Otros dicen que el Morenovallismo jamás resucitará, que en el derrumbe del Augusta no solo murió el senador y la gobernadora, sino toda la clase política que habían e iban construyendo.
Unos más dicen que Claudia Rivera perdió toda posibilidad al perder su reelección a la alcaldía. Pero su grupo político es joven y no rebasan los 40 años, desde CDMX le han indicado que recorra el estado y que no enfrente al poder local.
Dentro de la burbuja del poder de Casa Aguayo, nadie creció. Se ignora si fue la orden o fue incapacidad.
Estos extraños sucesos sugieren pensar que el destino y la 4T en Puebla han optado por la destrucción y no por la construcción de un proyecto.
Cuando Barbosa no logró imponer a Gabriel Biestro como candidato a la alcaldía en el 2021, su gallo se le ‘cayó’, desde ahí proyectó que jugaría con una alternativa (s) que aunque no sea de sus confianzas, ni goce su simpatía, lo apoyará como un mal menor. Alguien que le garantice sobre muchas cosas: Tranquilidad.
¿Quién le cumplirá?
¿Quién no se le volteará?
¿A quién le entregará las llaves de la casa sin que le señale que faltan los cubiertos de plata?
En política todo puede pasar. Y los que califican de una mala broma el destape del líder del congreso, Sergio Salomón, se pueden equivocar.
¿Quién imaginó que Zedillo sería presidente?
¿Quién pensó que Barbosa sería gobernador después de el Tribunal electoral, declaró a Martha Erika, Gobernadora?
Lo único cierto, es que el fuego amigo o las patadas bajo la mesa están a la orden del día.
Hasta hoy las cartas de Barbosa están sobre la mesa: Armenta, Eduardo Rivera, Sergio Salomón y si la cuota de genero le pide una mujer, anote a Olivia Salomón.
Con el tiempo, sin duda incorporará más.
En Palacio Nacional evalúan otras figuras: Nacho, Claudia, Ma. Luisa, Bety.
Las reacciones y jugadas en el tablero político son inmensas.
Y como en el ajedrez y en la 4T: Hasta un peón puede coronarse.
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