AN nació como un partido demócrata y opositor, donde se privilegiaba con las candidaturas a los mejores hombres del partido, a los más críticos, estaba lejos de las prácticas del dedazo, del compadrazgo y pragmatismo; al menos así nos lo hicieron creer en su discurso durante varios años.
Hoy las candidaturas se están definiendo de manera diferente, muy al estilo del viejo PRI y muy parecido al sistema morenista (solo que sin tómbola y sin encuestas)
En Puebla muchos panistas hicieron talacha creyendo que con la muerte de Moreno Valle, AN podría recuperar el espíritu democrático e iniciaron sus campañas pensando que por fin ‘la revolución les haría justicia’ con una candidatura después de años de militar en el partido.
Creyeron en la palabra de Marko, de Genoveva, de J. Zaldivar y de sus padrinos políticos, pero se volvieron a equivocar y es que al momento de que los órganos del partido sesionaron para elegir a sus candidatos a diputados federales las cosas ya estaban resueltas.
Las candidaturas fueron para algunas vacas sagradas, para pagar algunas facturas y uno que otro favorcito.
Los que habían caminado su distrito, los que habían hecho reuniones, los que tuitearon hasta el tamal que se comían, de pronto fueron hechos a un lado con la promesa de que ‘ya les tocará’
En unos días vendrá el reparto de las candidaturas a diputados locales y la conformación de las planillas a los ayuntamientos, la dinámica será la misma; veremos en las candidaturas: las mismas caras, los mismos apellidos, los mismos caciques y la misma repartición de los espacios de poder.
¿Qué sigue?
Sin duda AN perderá militantes, perderá votos y ganará traidores.
Mi cuenta en tuiter: @adangio