Para que un estado se empiece a levantar no solo bastan los buenos deseos, sino que se requieren políticas encausadas, bien definidas, integrales y hasta empáticas.
El último decreto del gobernador Barbosa va en sentido de que la industria automotriz no regrese a las actividades de manera inmediata.
Sumando a este, los anteriores: de que el sector educativo había terminado ya su ciclo escolar y además el sector restaurantero solo podría servir alimentos para llevar; lo anterior coloca al estado de espaldas, con un desempleo en aumento y la incertidumbre de cientos de miles de familias.
¿Cuántas familias dependen del sector automotriz, educativo y restaurantero?
La cifra es enorme.
Lo anterior se podría entender derivado de que la ‘famosa’ curva en lugar de aplanarse va en crecimiento.
En Puebla al 21 de mayo llegamos a 1749 contagios y a 335 muertos.
Pero…Puebla es el sexto estado de México con mayor pérdida de empleos durante abril, derivado de los estragos de la pandemia mundial del Covid-19, al darse de baja 18 mil 537 trabajos ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Sin duda la realidad nos está desnudando una vez más.
Las personas y las empresas requieren de apoyos públicos y privados que les permitan sortear la tempestad sin tener que cerrar para siempre.
Es urgente que el gobernador Barbosa se olvide un momento de los decretos, de la guerra contra los Morenovallistas, de su fobia contra el ayuntamiento de Claudia Rivera y otros, y se ponga a trabajar en crear las condiciones para que los poblanos tengan al menos una expectativa de sobrevivir en esta pandemia.
A finales de agosto del 2019, Puebla contaba con 3 millones 763 mil 700 ciudadanos en estado de pobreza.
Hoy CONEVAL calcula un incremento de 7.2% a 7.9% en la pobreza extrema por ingresos en nuestro país, lo que implicaría que un estimado de 200 mil poblanos ingresaran a esta inaceptable lista.
Ojala los decretos se acaben y empiecen a surgir las políticas públicas.
Y es que un estado en donde se gobierna con decretos mal elaborados y fobias, el sobrevivir se antoja imposible.
