¿Qué encontrarán los próximos mandos policíacos por llegar?

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La estrategia del gobernador Barbosa de contar con una policía metropolitana con un mando coordinado está a punto de concretarse en las próximas administraciones municipales que entrarán pronto en funciones. Pero la percepción de que las cosas mejorarán, es muy posible que se quede en el imaginario social y en la retórica política.

No hay día en que el crimen no avance.

Para muestra basta mencionar que el estado encabeza las tomas de gas clandestino que hay en el país, de 10 existentes al menos 6 son en Puebla, ‘honroso’ lugar que venimos ocupando desde hace años. Pero seguramente en Casa Aguayo tienen otros datos.

Lo anterior deriva en que los carteles nacionales se establezcan y las pequeñas bandas locales crezcan, con las implicaciones que esto trae.

El recuento es de terror: Desapariciones, levantones, secuestros, violaciones, trata,  cobros de piso, ejecuciones,  narcomenudeo, robo de transporte de carga,  robo a negocio, a transeúnte y el asalto a bordo de transporte público, entre otras calamidades que golpean a los poblanos.

El panorama no es alentador, pues entre que el gobernador tardó meses en darse cuenta que  los chiapanecos de ‘Raciel’ hacían de la seguridad publica una mina de oro y la guardia nacional que poco a poco se va instalando en el estado, a los poblanos solo les queda rezar antes de salir de sus hogares y el orgullo de una policía que luce lenta ante el avance del crimen.

Será importante ver el perfil de los nuevos mandos municipales que llegarán con los alcaldes recién electos y ver si están dispuestos a trabajar con una policía dividida y en crisis.

En el 2019 la organización Causa en Común realizó una encuesta titulada “¿Qué piensa la policía?”, el cuestionario solo se pudo aplicar a 4,422 policías de 28 estados, pero en Michoacán, Puebla, Nayarit y Tabasco, no permitieron que sus policías respondieran las 68 preguntas enviadas por la organización, ¿Por qué? Piense mal y acertará.

En la más reciente Encuesta Nacional sobre Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Información (INEGI), el 79.2 por ciento de los habitantes considera a Puebla capital como un lugar inseguro para vivir.

La policía que encontrarán los próximos alcaldes  luce muy desmejorada.

La mayoría gana poco por exponerse tanto.

La práctica de que los policías tengan que pagar uniformes (incluye botas), gasolina de las patrullas, chalecos antibalas y en algunos casos hasta pagan las municiones de las armas, no se ha logrado erradicar

Algunos mandos siguen empleando a los policías para otras labores como: recoger prendas en la tintorería, hacer la compra de la despensa, apoyar a políticos y ajustes de cuentas personales.

Los moches son el pan de cada día: renta de patrullas, cambios de perímetro y ascensos, son solo algunos casos.

Las capacitaciones brillan por su ausencia y es que aunque las actas de entregas recepción existan facturas de cursos rimbombantes en temas jurídicos, de igualdad de género u derechos humanos, lo cierto es que en la práctica se nota la ausencia de los mismos.

En Junio del 2018, 6 policías fueron asesinados a manos del crimen en Amozoc.

En Puebla este año han sido asesinados 9 policías, los últimos dos esta semana.

El panorama no es alentador para los nuevos mandos que pronto llegarán.

Y es que una policía que vive en el infierno,  termina hablando y negociando con el diablo.

 

Mi cuenta en tuiter: @adangio