Las políticas del Gobierno Federal, durante los últimos 4 sexenios incluyendo el actual, se han concentrado en el esfuerzo del combate a las Organizaciones Criminales de alto perfil, dichas políticas han logrado en sus diferentes etapas avances y retrocesos, pues las formas de delinquir y generar violencia de los Cárteles de la Droga, son cambiantes y de constante actualización en cómo realizar sus objetivos, por consiguiente el alza de los delitos de mayor impacto social, tienen a México, en constante peligro, por sus acciones.
Los centros urbanos más poblados, o en su defecto de mayor generación de riqueza, la influencia de la Criminalidad se acrecienta, teniendo en cuenta que las condiciones de Seguridad no son homogéneas, en algunas son medianamente aceptables, pero en otras, pareciera que hay retrasos mayores de 50 años, la insuficiencia en las Políticas Criminales, para mantener buenos resultados en el concierto nacional se evidencia, al percibir la zozobra con la que la población tiene, al observar que desde los delitos menores hasta los de mayor impacto no cesan.
En ese sentido, es apropiado traer a cuentas que, los fenómenos delincuenciales y que, el nivel de complejidad de la criminalidad local asociada al fenómeno de las de corte transnacional como el Narcotráfico, potencializan los problemas urbanos y de convivencia social, como la violencia familiar, el hurto en las formas que ustedes imaginen, los delitos contra la libertad, las de carácter sexual, el expendio distribución y consumo de estupefacientes, la violencia juvenil, hacen que se tenga que reinventar constantemente los procesos de “Consolidación de la Seguridad Ciudadana”, en ello no se puede pensar como actualmente se realiza en forma piramidal, sino al contrario debería ser lineal y transversal.
La historia nos ha marcado, con la observancia desde el exterior, suceso tras suceso, que enmarcan los párrafos de esa historia de horror, en las diferentes regiones de la Nación, y que a la fecha, ahora se presentan como ejemplo, desplazamientos de poblaciones enteras, símbolo de conflictos armados con otro carácter, como puedo citar el actual en Ucrania, aunque se crearon resultados favorables con la aplicación de Políticas de una Seguridad Democrática, hoy en este sexenio se apuesta por la Militarización con la premisa de que lo anterior estaba podrido, pero en la práctica del modelo elegido el desgaste de las Fuerzas Armadas, tendrá un tope que costará recursos, métodos y sistemas de aplicación con carácter civil.
En el análisis, la construcción del modelo civil de la Seguridad, determina que la Política de Seguridad Ciudadana, que tiene carácter Democrático, eleva la prosperidad civil, y que sus componentes obedecen a la Prevención del Delito, y no, a la Represión Militar, por más que quieran decir que se están preparando en ello, el que es militar es militar y punto, en el otro sentido, la Seguridad Ciudadana con estructura civil, se fortalecen los componentes de prevención proactivos, que permitan desarrollar acciones encaminadas a la protección del ciudadano y que contemple estrategias para desarticulación de los Grupos Criminales, siguiendo todos los indicadores de la Criminalidad por Ciudad, Estado o Región del País, con ello, se consolida las comunidades con mayor convivencia y armonía plasmada en la Carta Magna.
De lo anterior, es imposible realizarlo si no se tiene una Doctrina Nacional, que permita hablar, en cualquier parte de que se trata las formas de combatir a la Delincuencia, por las Fuerzas de Seguridad, soportada en la Política de Estado de Seguridad Ciudadana, hablando en todo momento, de los factores más importantes que son, la Prosperidad Democrática y un Estado de Derecho, con ello las unidades desconcentradas de la Policía, que existen en toda ciudad y estado, llamadas Policía Municipal o Policía Estatal, adquiriendo los factores de desempeño que enmarcan un servicio de calidad, que la propia Constitución de la República determina.
La Seguridad que hay y la que se pretende, con el modelo de Fuerzas Armadas, es completamente ajena a los ciudadanos, al dejar las preocupaciones de los ciudadanos de su vida y propiedades, y se concentran en el Enfrentamiento y no en la Prevención, los modelos internacionales de Seguridad Ciudadana, dan cuenta de una dimensión holística del concepto donde el ciudadano pasa a ser el centro del debate, y no, concentrarse en sistemas de combate, con perspectiva militar, de ahí que, inferir que la afectación de la Seguridad Ciudadana inciden en la calidad de vida de la sociedad, y muy importante, sus libertades en todos sentidos.
Concluir el que se debe realizar, es de verdad difícil, de explicar en unas cuantas líneas, pero en términos de aportación, se requiere reorientar el servicio policial, la identificación de escenarios problemáticos en la construcción de la Seguridad, la intencionalidad con la que se realizan estrategias y, importantísimo conjuntar acciones con todas las Autoridades vigentes en los diferentes Territorios, con el fin de fortalecer el despliegue policial, frente a la consolidación de la Seguridad Ciudadana, promoviendo la conducta de la Legalidad, creo que no es difícil, puede llevar tiempo, pero nuestros Gobernantes, han ensayado de más.
“Los tres fines que un estadista debe proponerse en el Gobierno de su Nación son: Seguridad a los que poseen; facilidad a los que tratan de adquirir; y Esperanzas a todos”. (Samuel Taylor Coleridge)
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