”En las fauces del lobo”
Por Antonio Lobo (@anton_loboo)
Subsecretaria de Educación Superior en Puebla: SÚPER JET SIN PILOTO
La pregunta que resuena todos los días en las oficinas de la Subsecretaría de Educación Superior en Puebla es: ¿Dónde está Gonzalo Amador Juárez Uribe? Subsecretario de Educación Superior del Estado de Puebla.
Es notorio que el funcionario lleva más de cuatro semanas sin presentarse en las oficinas del CIS. ¿Estará de vacaciones o ya le adelantaron su despido? Mientras tanto, la subsecretaría parece un antro donde la fiesta es permanente, donde varios funcionarios hacen lo que quieren sin que nadie ponga orden. Como bien dice el dicho: cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta. Y en esa fiesta hay cientos de “aviadores” con claves de Profesor Titular de Tiempo Completo A, B y C, así como de Investigador de Tiempo Completo, además de rectores y directores que están consolidando sus propios virreinatos en las Universidades Politécnicas, Tecnológicas, Institutos Tecnológicos y Universidades Pedagógicas.
La gran duda dentro de la subsecretaría es si el buen gobierno promueve nuestro gobernador, con su discurso humanista y amoroso, realmente llegará a este organismo. ¿Logrará este funcionario cumplir 100 días en el cargo, cuando en lugar de atender los asuntos de la subsecretaría “Por Amor a Puebla” y con la premisa de “Pensar en Grande”, permite que el sistema beneficie solo a unos cuantos? Estos afortunados ocupan plazas sin estar frente a grupo, en violación de la normatividad vigente.
Además, en la oficina del Subsecretario de Educación Superior ya se frotan las manos esperando el momento de colocar a sus familiares y vender plazas, en complicidad con los líderes de las secciones 23 y 51 del SNTE. Como ha circulado en mensajes de WhatsApp dentro del magisterio, estas plazas, con clave E 7817, serían otorgadas mediante “cadeaneo” (así es como operan), supuestamente a trabajadores del magisterio. Sin embargo, esto resulta inverosímil, ya que dichas plazas deben concursarse y los aspirantes deben cumplir con los lineamientos establecidos.
Pero los pseudo líderes del SNTE 23 y 51 parecen estar más preocupados por afiliar a los trabajadores de la educación al partido Morena, con el objetivo de cumplir la cuota impuesta por su dirigente Alfonso Cepeda Salas y así congraciarse con la Presidenta de la República. Más que defender los derechos del magisterio, estos líderes utilizan su influencia como moneda de cambio político.
Otro personaje que sigue la misma línea es Feliciano Marín del Ribero, Oficial Mayor, quien funge como docente comisionado y responsable del FAC 23. Además, es un conocido operador político, integrante de la planilla de Morena, Nueva Alianza y el Partido Verde Ecologista para las elecciones extraordinarias del 23 de marzo en el municipio de Venustiano Carranza, en la Sierra Norte del estado. Se autoproclama “mil usos”, se jacta de su riqueza y ya se perfila como próximo candidato a la Secretaría General del SNTE 23. Su ambición no tiene límites y su único interés parece ser mantenerse viviendo de las cuotas del magisterio poblano.
La Subsecretaría de Educación Superior y el SNTE se han convertido en entidades que, lejos de trabajar “Por Amor a Puebla”, como proclama el gobernador Alejandro Armenta, solo se enfocan en el beneficio propio. Sus esfuerzos están dirigidos a favorecer a sus allegados, operadores políticos y aduladores, quienes alimentan la creencia de que son intocables. Están convencidos de que los compromisos del gobernador con ellos son tan sólidos que ninguna acusación de deshonestidad, abuso de autoridad o enriquecimiento ilícito los puede tocar.
¿Sabrá el gobernador con qué personajes está gobernando el estado?
¿Es cierto lo que se dice en los pasillos de la SEP y el CIS sobre la impunidad otorgada al subsecretario y a los líderes del SNTE?
El tiempo dará las respuestas, pero no hace falta ser futurólogo para prever que el Súper Jet de la subsecretaría sigue sin piloto y no precisamente en piloto automático. Alguien debería advertirle al secretario Viveros que se avecina una colisión innecesaria, que podría salpicarlo con material altamente incandescente.
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