Ayer fui a Huejotzingo al primer informe de labores de Shamy Spezia, Presidenta del DIF municipal, abogada, mujer joven, mujer lista, mujer que no juega a la política… la encarna. Y, sinceramente, salí con esa sensación que pocas veces se siente en estos eventos protocalarios y comúnmente turbo-aburridos: algo diferente está pasando aquí.
Porque una cosa es dirigir un DIF y otra muy distinta es convertirlo en un organismo vivo, que respira historias, abraza a la gente y entiende el servicio público como acto humano, no como un trámite. Y Shamy lo logró en un año.
Antes, lo que el DIF atendía en un mes hoy se atiende en un día. No por magia, sino por trabajo. Pero también porque Shamy entiende algo que los manuales no enseñan: que el DIF no es una ventanilla, es un refugio emocional para quien ya viene roto de casa.
La vi saludar a mujeres, a niñas y niños, a adultos mayores. No era el saludo institucional; era el saludo de quien sí conoce las historias que caminan detrás de cada rostro. Esas cosas no se fingen, y el público las reconoce sin que haya que decirlo.
El bebé de Huejotzingo
En medio del informe, Roberto —presidente municipal y esposo de Shamy— tomó el micrófono y, sin grandilocuencias ni producción detrás, dejó escapar una noticia preciosa: el bebé que esperan será niño.
Y fue hermoso porque se notó que no estaba planeado. No hubo luces dramáticas, no hubo cuenta regresiva, no hubo efecto escénico. Fue una de esas emociones que se desbordan y necesitan salir en voz alta con las personas que sientes cercanas, porque el amor no sabe esperar el protocolo.
Pero hubo otro instante que reveló quién es Shamy: el homenaje a sus abuelos, su nono y su yelita. Ayer, frente a todo Huejotzingo, les agradeció aunque ya no estén en este mundo. Les reconoció haberla formado, haberle inculcado valores, haberle dado la brújula emocional con la que hoy sirve a su municipio.
El futuro de Shamy
Ahí estaba Jimmy Natale, dirigente estatal del Partido Verde y amigo de Shamy y -tal vez es pronto para decirlo- pero ayer avaló.
Avaló a una mujer joven, abogada, preparada, carismática y querida.
Avaló a una futura figura del Verde en Puebla, si así lo decide ella.
Porque sí: Roberto tiene ambición y futuro político. Eso ya se sabía. Pero lo de Shamy… ah, lo de Shamy está agarrando forma bonita.
Ella no solo dirige el DIF; está construyendo un perfil político propio: cercano, genuino, empático, femenino sin pedir permiso y profesional sin pedir perdón.
La ciudadanía está cansada del político que parece holograma: el que no pisa las calles, el que habla como boletín, el que sonríe a 12 cámaras pero no a una sola persona real.
En un mundo cansado de la vieja política, ella representa lo que viene: liderazgos que emocionan sin discursos y que transforman sin gritarlo.
Ayer quedó claro que Shamy nació para el servicio público. Y también quedó claro que el servicio público la está recibiendo muy bien.
Antes de irme
Ya con el corazón blandito, decidí darme una vuelta por la Villa Navideña que inauguraron hace unos días. No pude llegar al evento, así que aproveché la visita (aunque estaba lloviendo y eso me está costando hoy ser más gripa que persona).
Y por Rodolfo el Reno qué cosa tan bonita, de verdad. Un espacio encantador donde las familias ríen, pasean, toman fotos (muchas fotos), comen antojitos y se sienten por un ratito dentro de una película navideña.
Eso sí… el municipio va a pagar una cuenta de luz que ni Santa Claus podría costear, porque ahí no hay rincón que no brille.
Hasta aquí el chisme, lo viral, el tamal con crema… y también con pasas.
Por Adriana Colchado @Tamalito_Rosa
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