El último mes, los titulares económicos no hablan de otra cosa, más que de la muy, pero muy severa crisis que enfrenta VW: disminución de ventas globales, fracaso de sus vehículos eléctricos y la pérdida, del que hasta hace poco, era su principal mercado y que dominaba con amplia ventaja, China.
Tan solo en Alemania, se habla de que la empresa, eliminará 30 mil empleos y cerrará hasta 4 platas armadoras, además de que el gobierno alemán, acaba de lanzar un agresivo paquete de subvenciones para estimular el mercado interno de vehículos eléctricos fabricados por sus empresas.
No obstante, la reacción tanto del gobierno como de la empresa, parece llegar tarde, en un mercado –de los vehículos eléctricos- dominado prácticamente en su totalidad por los vehículos chinos, que no solo ofrecen alternativas con innovaciones de punta, sino que también, precios, que al menos hoy, los fabricantes occidentales no pueden siquiera asemejar.
A nivel global, 8.5 de cada 10 vehículos eléctricos en las carreteras, son chinos y del 100% de vehículos, prácticamente el 100%, utilizan baterías fabricadas por empresas chinas.
E incluso a nivel de vehículos a combustión, China, ya domina el mercado latinoamericano, desbancando a EEUU que del 40% de mercado, pasó a tan solo el 16, y China, del 12, a casi el 30%, en tan solo 2 años y con un avance, que parece, no encontrar final.
Uno de los mayores fiascos para VW, ha sido su transición a la “electromovilidad”, pues a diferencia de otras empresas que, en primer lugar, se enfocaron en los vehículos híbridos, VW atacó al mercado casi de manera directa con modelos eléctricos que, sencillamente, NO se están vendiendo, porque tanto a nivel de diseño y sobre todo, precio, están mucho, pero muy detrás de las alternativas chinas.
De acuerdo a un alto funcionario del ministerio de economía alemán, ya no es solo el tema de las subvenciones que el gobierno chino da a sus empresas, que es una de las mayores quejas de las empresas occidentales, sino que han llevado a otro nivel, las prestaciones tecnológicas: “Los vehículos chinos, se sustentan en el desarrollo del software, mientras nosotros, seguimos enfocados en la plataforma estructural de siempre, es decir, ellos no han parado de innovar y nosotros nos dormimos pensando que no había manera de perder el dominio”.
Lo anterior, ha llevado a gobiernos como el de Argentina o México, a prender las alarmas, sobre el impacto que la crisis de VW tendrá en las plantas instaladas en dichos países, que dicho sea de paso, recientemente, en el caso de la armadora en Puebla, se anunció una inversión de unos mil millones de dólares para la transición a la electromovilidad y que es, precisamente, adonde VW parece ir en caída libre.
Y aunque los directivos de la empresa han dicho que la crisis no afectará a sus operaciones en México, la realidad, es que parece poco probable, ya que el mercado latinoamericano, ya es controlado por China, mientras la participación de armadoras alemanas o americanas, no hace más que descender.
Algunos analistas incluso ya pronostican, que no hay vuelta atrás y el mercado automotriz en menos de 10 años, será dominado de manera incontestable por China, sin importar si son vehículos a combustión, híbridos o eléctricos y que lejos de lloriquear y pedir ayuda a sus gobiernos, imponiendo aranceles desproporcionados a los vehículos chinos e incluso, prohibiendo a las empresas de semiconductores, venderle a China –algo que sin duda, de una u otra manera se van a saltar- lo que deben ponerse a hacer, es invertir en innovación, en mejorar sus procesos y ofrecer al consumidor, productos que le puedan competir en calidad y precio a los chinos, de lo contrario, pronto encontrarán el camino, pero para la extinción.
A título personal, considero que, en Puebla, la política económica que desarrolle la próxima administración, debe enfocarse en diversificar las vocaciones productivas, además de pelear con uñas y dientes, la llegada de BYD o GEELY y es que como la historia misma nos ha enseñado, no hay imperio que no caiga, pero con la caída de uno, inicia el nacimiento de otro.
VW fue, es y sin duda alguna, seguirá siendo relevante para a economía de Puebla, pero las dinámicas de mercado y sobre todo, las grandes disrupciones, en este caso, lideradas por China, la han superado de calle, y es momento, de subirnos al tren de las mismas, de abrazar el presente y el futuro que no es otro, más que China.
Hoy, Puebla tiene todo para ser el asiento de las startups de base tecnológica, de aprovechar los cientos de metros de suelo corporativo que permanecen desiertos, y hacer que lleguen las FINTECHS, FOODTECH, GAMETECHS, DESIGNTECHS, ART-TECHS y compañía y estimular el desarrollo de actividades de alta complejidad que, a su vez, traigan salarios dignos y desarrollo y crecimiento profesional para el basto talento poblano.
Seguirle apostando a VW o Audi como motores económicos de Puebla, solo nos pondrá dentro de un ataúd, al que ya, le comenzaron a poner los clavos, porque como dice el dicho, muy bien dicho: “este palo, ya ni Dios lo quita”
No hay más, es CHINA…al tiempo.
Nos vemos cuando nos leamos…