Por: María del Rosario Carbajal Rodríguez
En el año 2008 se realizó en nuestro país el documental “Presunto culpable” donde se seguía el caso del ciudadano José Antonio Zúñiga quien como decimos en la jerga popular “sin deberla ni temerla” de repente se encontró detenido e imputado por un asesinato. Debido a la dedicación de los abogados que tomaron el caso y no solo lo documentaron dicha sentencia fue anulada, pero no hay que olvidar lo que ese caso nos muestra: un sistema penal fallido cuyo principal aliciente para rectificar no es la impartición de justicia sino la presión mediática que en su momento lo puso en la mira del país y del mundo. Sin estos elementos tal vez ahora Antonio seguiría en la cárcel purgando una pena por un delito que no cometió.
Hoy queridos lectores, les traigo un ejemplo de otra gran deficiencia de nuestro sistema penal: la inercia, y el titulo merece una mención especial porque si algo nos quedó claro gracias al documental Presunto Culpable y constantemente se nos repite en miles de casos que a mi gusto no generan la suficiente indignación y de aprendizajes y correcciones ni hablemos, es que en primer lugar las cárceles están sobrepobladas de pobres, no de culpables y que el día menos pensado el pobre que llegue a un penal podrías ser tu mi estimado lector tal como le esta pasando ahora mismo a Melesio Méndez Gil, amoroso padre de familia y vecino del municipio de Tepeaca y cuyo único delito fue en su momento trabajar como policía de dicho municipio y atender un pleito de borrachos. Dicho incidente supuestamente sucedió desde el año 2013 pero fue casi diez años después el día 13 de abril, miércoles santo del presente año, cuando a las autoridades se les ocurrió dizque hacer justicia.
Escribo dizque porque si tan solo tomamos el tiempo transcurrido y aun suponiendo que la denuncia cuya motivación no se haya descrita en el documento del proceso número 02/2019 tan solo menciona que se trata de un supuesto abuso de autoridad, que a decir de la familia de Melesio consistió en detener a una persona que aparece como denunciante quien estando ebrio se vio envuelto en una riña, esto en un baile en la comunidad de Santo Tomás Hueyotlipan municipio de Tepeaca. No parece haber nada mas que motive que un ciudadano enojado con el actuar de la policía asegure que ha sufrido de un abuso de autoridad, sin embargo, suponiendo que en verdad hubiera sucedido tal abuso ¿Por qué las autoridades han tardado tanto en actuar? ¿No es el tiempo un factor fundamental a la hora de impartir justicia porque si se le da tiempo a un infractor lo mínimo que se puede esperar es que huya o bien se abre una ventana para que las cosas se arreglen de otra manera? Son casi DIEZ AÑOS queridas autoridades y queridos lectores.
Lo peor del caso es que a decir de esta familia el caso en su momento tuvo un feliz arreglo, tan solo sucedió que alguien olvidó cerrar la carpeta y Melesio ahora expolicía, quien no solamente no huyó sino que llevaba una vida tranquila y trabajaba honradamente de la noche a la mañana ha visto trastornada su vida y la de toda su familia: sus padres, sus tres hijos y su joven esposa quien busca desesperadamente que alguien la escuche porque más allá de que su esposo tuviera que ir a rendir cuentas por un supuesto mal desempeño en sus funciones como servidor público teme por su salud y su bienestar pues hasta este momento que estoy escribiendo lunes 25 de abril no tiene noticias ni constancia del estado de salud de su marido mas que aquellas que los funcionarios del penal de Tecali de Herrera donde se encuentra recluido le reportan, pero se preocupa porque dice que la ropa que le entregaron estaba manchada de sangre lo que la hace temer por el bienestar físico de Melesio.
Este último punto también merece especial atención pues en la carpeta antes mencionada se establece que el delito que se le imputa a Melesio no es grave, lo cual es un muy pequeño alivio considerando lo que esta familia ya ha empezado a padecer: en primer lugar, si no es grave ¿Por qué Melesio se haya internado en un penal desde el primer día de su detención como si del líder de una organización criminal se tratara? Que así lo establezca la ley no lo hace ni racional ni justo; en primer lugar porque nos recuerda otra gran deficiencia del sistema penal que es el abuso de la prisión preventiva oficiosa la cual lejos de garantizar una adecuada impartición de justicia solo contribuye a la sobrepoblación en los penales que eso si es un verdadero caldo de cultivo para abusos no solo de la autoridad sino verdaderas barbaries como los autogobiernos en los penales que son bien aprovechados por las mafias que dentro de estos lugares prolifera y que se ceba sobre los mas vulnerables pero sobre todo, insisto, los más pobres.
En segundo lugar y considerando también que el veredicto es previsible: esto es, que Melesio es inocente, el impacto a la economía familiar desde el momento de su detención ha sido brutal, pues de un día para otro esta familia de cinco miembros y ahora sin su principal sostén se ha visto en la necesidad de contratar a un abogado privado pues uno de oficio solo haría que el proceso fuera más lento cuando no lo abandonaría del todo. Considere las siguientes cifras: un ingreso familiar de seis mil pesos mensuales, ingreso de Melesio, quien enfrenta un delito que al no ser grave alcanza una fianza de poco más de 200 mil pesos, o en otras palabras gracias por nada, porque es un capital con el que esta familia no cuenta. Las afianzadoras que pueden cubrir este monto a cambio de que se les de una prenda en garantía que por cierto no tienen, piden un pago de 30 mil pesos, es decir cinco meses, casi medio año de ingreso de esta familia o de lo contrario enfrentar el proceso en prisión.
Esto en México lejos de ser un alivio agrava las problemáticas antes citadas y sigue desangrando económicamente a las familias porque la estancia en un penal no es para nada sencilla; contrario a lo que muchos piensan nuestros impuestos no se ven para nada reflejados en la manutención de un recluso en nuestro país y si hay algo presupuestado en este rubro es una vil mentira, porque cuando una persona ingresa a un penal es la familia la que asume el costo de su estancia ahí; y esta va desde dotarlo de ropa, calzado y enceres de limpieza hasta un pequeño capital en efectivo para que pueda comprar su paz, si, su paz porque se pagan: derecho de piso para que no sea golpeado, despojado de sus cosas o mínimamente asegure un lugar donde estar parado. Esto según un reportaje de la BBC del 2015 se traduce en 5 mil pesos mensuales (no hay datos más actuales, si me lo pide el público lo buscamos por nuestra cuenta) esto es, el 80% del ingreso mensual de esta familia.
Este es un llamado a la conciencia, en nuestro país suceden a diario demasiadas injusticias, pero son tantas que parece que mas que indignarnos o preocuparnos nos han hecho indolentes; no es sino hasta que nos vemos envueltos en esta maraña donde todo el sistema es indescifrable para una sencilla familia que reparamos en lo vulnerables que nos hallamos todos, porque es verdad, esto te puede pasar a ti o a los tuyos. Las preguntas que quiero dejar a la reflexión son ¿Es un precio razonable para la impartición de justicia retener a un ciudadano trabajador y un padre al que su familia necesita? ¿Es justo que una familia pague tanto por la justicia en nuestro país? No es hasta que le ponemos nombres a los casos que otrora nos suenan tan remotos que la cosa debería tomar otro cariz, es necesario que se demanden cambios profundos en la impartición de justicia pues de lo contrario es la injusticia la que amenaza con volverse cotidiana.