“Sabemos que es un asunto o de cobro de derecho de piso, como alguien ha dicho o de cobro de deudas, es lo que refieren testigos, que se llegó a cobrar una deuda y se hicieron de palabras el cobrador y el cobrado y así fue como ocurrieron estos lamentables, lamentables hechos”. Así lo dijo Don M al referirse al asesinato del dueño de un bar en San Andrés Cholula del famoso E.T. (Edmundo T.)
Después de la pandemia San Andrés volvió a la vida.
Se reactivaron las actividades y con ello los negocios negros en donde el crimen anida hasta convertirse en un saco de pus.
La gente cuando sale no lleva joyas, ni dinero, ni tarjetas de crédito, salen acompañados y cuando van al cajero lo hacen en grupo por miedo a ser atacados.
Corren rumores de que en los retenes que organiza la policía municipal, estos, están al servicio de la mafia y les avisan quienes pueden ser unas buenas victimas para detenerlos y exprimirles sus pesitos.
En abril un ex militar fue baleado tras ser atacado por un par de hamponcillos.
En mayo pasado una fábrica de muebles se incendió.
Solo los ingenuos dirán que son hechos aislados, que fue su karma y un poco de mala suerte.
E.T poco habla de la seguridad y cuando lo hace recurre a la verborrea política de siempre y promete reforzar la seguridad. Pero los meses pasan y el crimen se asienta.
Mi amigo ‘El Chueco’ me dice que tienen reportes en donde los comerciantes de San Andrés deben pagar derecho de piso para poder establecerse.
Los vendedores ambulantes están obligados a adquirir prestamos con la mafia para comprar los productos que la mafia les vende.
Esta de la chingada, me dice ‘El Chueco’: Los bares, minisúper, tables dances, cantinas, tianguis, restaurantes, discotecas, antros y “rodantes” deben pagar cuota a la mafia que opera en San Andrés.
Pero el crimen no solo habita en esos negocitos, se empieza expender y ya van varios constructores que se dicen extorsionados para poder levantar una misera barda.
Lo peor -me dice el chueco- es que el listado de clientes es proporcionado desde el Palacio Municipal de E.T.
¿A cambio de qué? -pregunté-
De lo suyo -respondió.
La Cougar.
Conocí una mujer madura, una maestra sexual, una depredadora y adicta a los hombres jóvenes (obvio fui la excepción). Tenia su encanto: Era extremadamente temperamental y no pedía nada a cambio.
Yo era una reina, me dice, fui esposa e hija de jefe políticos que después se convirtieron en mafiosos.
Mi padre murió por órdenes de mi marido.
Teníamos una fortuna.
Un buen día perdimos en un casino clandestino no solo millones de pesos, sino de dólares. No pasó nada. Tres meses después mi marido mandó a secuestrar a un político que había robado millones de pesos del erario, con eso recuperamos una buena parte.
Cuando le pregunté por el nombre de su marido, ella ya no podía hablar.
Suspiré y puse mis ojitos en blanco.
Mi cuenta en tuiter: @soprano_tonny
Columna ficción
