‘Se va el jaguar’, ‘que Ríos Piter renunció’, fueron expresiones que se escucharon en los pasillos de la marranera alrededor del mediodía.
Minutos después, Ríos Piter, tuiteó su renuncia.
¿Realmente qué sucedió?
El fin de semana el Jaguar se puso nostálgico.
¿Quién soy? ¿Para qué vine al mundo? ¿Por qué no puedo encontrarle gusto a la UDLAP? Los filósofos no son los únicos que se hacen estas preguntas: también los vividores profesionales.
Hizo un par de llamadas y le sugirieron renunciar.
El Jaguar tomó la decisión de hablar con Don N tan pronto pasara el puente.
¿Qué sucedió en esa platica?
Hubo reproches.
Reclamos.
Promesas.
El Jaguar vio a Don N muy debilitado.
Sin fuerza política y en donde hasta un gato lo denuncia por daño psicológico.
Lo vio paralizado ante las malas negociaciones con el crimen.
Lo vio engañado por su burbuja.
Lo vio soberbio pero en declive.
Finalmente el hilo se rompió y el Jaguar dijo hasta aquí muy a su estilo.
Muy lejos habían quedado las promesas de quedarse con algo de los 720 mdd que le habían prometido.
En la basura quedaron la propuesta de grandes negocios.
Más lejos quedaron los sueños guajiros de hacer vida política en Puebla.
Todo fue ficción.
Si, pero…
El Jaguar no está loco.
Tampoco es torpe.
Es sólo un hombre de negocios que fue usado fallidamente por Don N.
Buscará otros lugares en donde mamar de la ubre.
Hoy el hilo se rompió y renunció.
Entendió que su desprestigiado prestigio estaba en riesgo si seguía los dictados de Don N y el sobrevalorado Gil Z.
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Columna ficción.