Dicen que las ratas son las primeras en saltar del barco cuando se hunde.
La salida del contralor no tiene que interpretarse de otra manera y es que durante meses estuvo al frente de la contraloría municipal y durante ese tiempo jamás acusó ni vio nada, todo era perfecto: presumía en corto que de lograrse la reelección su futuro sería luminoso. Y en ese sentido trabajaba, ordenaba a sus cercanos apoyar en redes a la candidata y si podían sumarán a sus familiares y amigos.
La tarde del 06 de junio la realidad torció sus sueños, la candidata perdía estrepitosamente y ni Dios padre podría hacer que ocurriera un milagro, los clasemedieros salieron a votar y enterraron cualquier esperanza.
¿Qué siguió después?
Se encerró en su oficina y empezó a fraguar una temporada sabática: Unos meses en el extranjero, quizás.
Pensó en retirarse con algunas dádivas que le dejarían los despachos que participarían en la entrega recepción.
Pensó en algunos amigos y cómplices con los que había trabajado recientemente.
Pensó en su futuro.
Una semana después presentó su propuesta para el cierre de la administración municipal.
Pero algo no cuadraba: Los amigos y los números se veían sospechosos.
Le pidieron unos días para analizar la propuesta.
Los días que siguieron fueron de nervios y de mal humor.
No había respuesta.
Los mensajes del chat se quedaban en visto y decidió tomar el toro por los cuernos.
La respuesta fue ’NO’, que era demasiado caro y se tenía que reconsiderar.
Su negativa fue tajante y digna: No trabajaré con despachos que no sean de mi confianza –dijo-
Lo que siguió después fue su renuncia al cargo, un cargo en el que cuando estuvo al frente jamás vio nada ni se enteró de anomalía alguna.
Una renuncia disfrazada de una ética hipócrita.
Una renuncia que confirmaba lo que todos ya sabemos: Cuando el barco se hunde…
El gabinete de Lalo
Los nervios de los panistas empiezan a tensarse.
Pocos han sido llamados por el alcalde electo.
Y esos pocos aun desconfían de lo prometido.
La morralla panista esta desilusionada y es que saben que los mejores cargos difícilmente serán para ellos, algunos creen que si bien les va, terminaran siendo: Jefes de departamento.
El Adiós a Poncho.
Uno de los mejores periodistas de nota roja de este país, fue Alfonso Ponce de León.
Su columna que escribía en INTOLERANCIA era referencia para el crimen organizado y desorganizado.
La semana pasada murió.
Las redes sociales se inundaron de anécdotas y de pésames.
Su capilla tuvo pocas flores y poca gente.
Tuvo que morir para no enterarse de que mucha gente lo admiraba.
En fin: Los funerales son malos lugares para sincerarse.
Mi cuenta en tuiter: @soprano_tonny
Periodismo ficción