Se equivocan quienes creen que la estancia de Berny ‘El sucio’ y Maru, en Europa es parte de su derecho a tener vacaciones.
Pero si se puede trabajar y pasear, a costa del dinero sucio o ajeno, que queda.
Berny ha hecho base en la ciudad de Madrid.
Una ciudad que ha acogido a tres expresidentes: Salinas, Peña y FECAL, los tres con señalamientos de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. Cosa menor en un país como México en donde la posibilidad de ser castigado no supera ni el 5 %.
Mi CISEN me dice que la verdadera tarea de Berny en Madrid no es visitar la Puerta del sol, ni, la Catedral de la Almudena. Sino desayunar en el ‘Jerónimo’ y cenar en el Zalacaín, para cumplir las encomiendas del yunque y de Lalo Rivers.
En el desayuno trataría el Plan A: La campaña
En la cena abordaría el Plan B: El destierro.
El desayuno en el ‘Jerónimo’ fue con el `tío Poncho’ -ex rector de la BUAP- y sobre quien hay investigaciones por haber desfondado la universidad junto con sus hijos.
El acuerdo fue simple.
Lalo Rivers quiere dinero para la campaña a ‘la marranera’.
El Tío Poncho quiere tranquilidad.
El precio lo puso Berny.
En la cena hubo cinco personajes.
Berny y la simpática de Maru, Iñigo Ocejo y Lilia, y Miguel Ángel López Zabaleta -Jefe del Yunque en Madrid-.
Los temas que abordaron.
1: El financiamiento de 10 mil euros mensuales que sale de Puebla Capital para las actividades de Hazte Oír y Citizen Go, ambas ramas del Yunque.
2: ¿Qué pasará si Rivers es derrotado en las urnas?
Simple: Huira del país, pues, no habrá descanso y sufrirá una persecución demoniaca, ya lo vivió en el pasado.
3: Un departamento en el Barrio de Salamanca que buscaran a través de la inmobiliaria: Engel & Völkers.
4: ¿Cómo hacer llegar los recursos, qué banco podría ser su cómplice, que casa de bolsa pondría la lavadora?
Esta historia se puso al descubierto cuando Maru transmitió en redes que había sufrido el robo de una chamarra. Parecía realmente preocupada, que, a muchos, enterneció.
Muchas de las tragedias de esta ciudad, comienzan con los excesos del amor.
Aparecerán más personajes, algunos demasiado pendejos pero honestos, un contador de apellido Ochoa y una mujer que su virtud no es propiamente la discreción.
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Columna ficción