Dentro del organigrama de las organizaciones criminales siempre existe quien maneja el cash sucio: lo recibe, lo limpia y lo pone en circulación.
Todo va bien hasta que a estos ‘honorables’ hombres de ‘negocios’ les entra la cosquillita de ser figuras públicas.
Les dan ganas de ser políticos cuando por el propio bien de la organización deberían vivir en el anonimato.
Hoy que son tiempos de armar gabinetes algunos personajes con uña larga y fina están pensando en formar parte de, pero eso los pondrá en el ojo del huracán, en la mira de sus enemigos y en las garras de los auditores.
Las leyes actuales les obligarán a presentar su patrimonio y cualquier hijo de vecina podrá denunciar que existe la sospecha de que su riqueza provenga de recursos ilícitos.
Las investigaciones llevarían a un mundo de mierda donde prestanombres como: papás, hermanos, mujeres y amigos íntimos, saldrán salpicados.
Les descubrirán empresas fachadas.
Les descubrirán transacciones sospechosas.
Les descubrirán cash sucio, producto de: extorsiones y moches.
Aun así, ellos piensan que su andamiaje financiero-criminal es perfecto y que a ellos no les pasará.
Pero la soberbia es un pecado y si algo seguro hay en este mundo es que cualquiera puede pisar la cárcel, ahí han estado: Rulo Salinas, El Chueco Villanueva, JaviDu, LosOlla, Charles Ahumada entre otras finísimas personas.
La pregunta es ¿Cuántos y quiénes con estas credenciales piensan integrarse al gabinete?
Tic tac
PD: El chico era semejante a él, indudablemente mejorado, pero a él no le gustaba el coñac.
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Columna ficción