Celebré como lo marcan las reglas de la moral de la 4T, en completita austeridad republicana.
Desde una noche antes algunas ‘Lolitas’ me comenzaron a mandar mensajes e imágenes provocativas.
Un par de diputadas me mandaron la ubicación de una casita para comer, beber y… bailar.
Por @soprano_tonny
Vaya día.
Ayer cumplí años: 50-65-70 (los que quieran)- no importa el número, sino lo corrido y bailado que llega uno.
Celebré como lo marcan las reglas de la moral de la 4T, en completita austeridad republicana.
Desde una noche antes algunas ‘Lolitas’ me comenzaron a mandar mensajes e imágenes provocativas.
Un par de diputadas me mandaron la ubicación de una casita para comer, beber y… bailar
Un alto funcionario me mandó medio tabique blanco, otro me mando un par de botellitas de coñac y otro el catálogo del ‘mamitas’.
Un empresario metido a la facturación fantasma me mandó una caja de puros de un cargamento ilegal que compró a un agente de la aduana.
Una Lolita fue generosa y me festejó como Abella Anderson manda: con polvo entre sus muslos y sin miedo al éxito.
Recibí una llamada de la marranera: “Que tengas larga vida muchacho”
Sin duda me sentí en Sicilia.
También del Palacio Municipal me llamaron: “¿A dónde le mandamos sus flores Don Tonny?”
Mis manos sudaron y es que la última vez que vi flores fue en el funeral de mi tío junior.
Una mujer me felicitó y stalkeó; Veo que eres muy querido, estoy leyendo tus felicitaciones -me dijo- ; tragué saliva y pensé: Soy hombre muerto.
Un ex amigo me llamó para desearme larga vida y pedirme que sea moderado: ‘Está cabrón lo de tanto ejecutado en Puebla’ -me contó entre angustiado y burlón-
De pronto vi la llamada de un diputado con negocios de hidrocarburo sucio, lo mandé a buzón.
10 minutos más tarde alguien me llamó del número de un Don ya muerto, lo ignoré y puse mi celular en modo avión.
Decidí cancelar todo. No sufriría un ataque el día de mi cumpleaños.
Pasé al City Market y compré lo necesario: Un jabugo, una picanha, ensalada, pastel, vino y cerveza.
La cajera me reconoció y se mordió los labios. En un papel escribió: “Quisiera ver tus ojos desde tus rodillas”.
Mi paranoia era terrible y me negué a tenerla hincada frente a mí.
Me subí a mi camioneta y unas cuadras antes de llegar a mi casa una moto me comenzó a seguir, tomé mi glock y justo enfrente de mi domicilio bajé y le coloqué el cañón en la boca.
Mis hijas salieron a llenarme de besos y abrazos.
La moto llevaba pizzas.
El repartidor con facha de sicario estaba tirado en medio de un charco de orín.
Le aventé 100 dólares y le dije: Dio vi benedica
Mi cuenta en equis: @soprano_tonny