El macabro caso del pequeño Tadeo no solo cimbró a Puebla, sino al país entero y mostró el nivel de podredumbre del sistema penitenciario en México.
El 10 de enero, Tadeo, un bebé de menos de cuatro meses de nacido, fue descubierto muerto al interior del penal de San Miguel. El cuerpo había sido encontrado en la basura y presentaba un corte a la altura del abdomen.
El tema fue resuelto en tiempo récord.
El móvil había sido: Desestabilizar el penal
El Don, descartó que los hechos estuvieran relacionados con la introducción de drogas o con rituales diabólicos.
Sin embargo, la versión oficial contrasta con los informes de mi CISEN , quien me manada unas imágenes que fueron tomadas en una celda destinada a la visita intima y que pertenecía al transexual, Yosanki, un cubano preso por haber cometido hace años un asesinato en el bar Francos.
Dice mi CISEN que la sangre de Tadeo fue usada en el ritual.
También me dice que todo salió a la perfección: Hubo cambio de mandos y los que llegaron son afines al grupo criminal que controla hoy el penal.
Que un tal Dany y una tal Rayito han encontrado el hilo que conduce a la mina de oro que significa el dinero sucio de la cárcel.
Que los negocios siguen al alza: Venta de droga, venta de visitas intimas, derecho de piso, venta de agua y todo lo que se pueda comercializar ahí adentro.
Lo caro que resulta vivir ahí, ha motivado que algunos internos pretendan rebelarse y organicen pequeños motines.
Pero de inmediato son calmados.
Son golpeados y castigados.
Sus visitas son canceladas y sus familiares tratados con la punta del pie al momento de ingresar.
¿Qué sigue para este penal, en donde los reos han comido carnitas humanas al estilo Michoacán, en donde han sacrificado a un bebé para rituales satánicos, en donde las delincuentes de buen ver son prostituidas y en donde han sido tirados por las cañerías cuerpos humanos desmembrados para alimento de las ratas?
@tonny_sopranoEn Puebla un grupo de Internos se organiza para quejarse de las extorsiones de las autoridades del penal♬ sonido original – Tonny Soprano
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Columna ficción
