Tres Mirreyes.

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Mi horóscopo decía que el día sería sin sobresaltos, que una mujer me buscaría, que conocería gente sin escrúpulos, que mi color del día sería el amarillo y que daría un golpe de suerte con el número 3.

¡Bah! tonterías -pensé-

Pasé toda la mañana en casa seleccionando el ganado que llevaré en un calendario navideño que llamaré #semehacegorda.

Pasado el medio día mi Lolita cocinó un pollo feliz y un poco de pasta.

El postre era de primer nivel: Brownies glaseados con un polvo mágico que el Dip. Harina me había dado como pago de un trabajo que pareció un accidente.

De pronto un mensaje llegó.

Era ‘La tesorito’,  una alta funcionaria de un pueblo de por aquí cerquita.

Me mandó la ubicación de su nuevo departamento que había pagado con recursos públicos y otros encantos.

‘Te espero, tic tac’ -decía el mensaje-

Mi Lolita también me estaba esperando.

La tesorito es una mujer fogosa y mi Lolita una niña cándida y sin prejuicios.

Vaya dilema, opté por ‘La Tesorito’. La mujer tenía dinero y ganas, después llegaría a cumplirle a mi amada Lolita.

Me polveé la nariz y tomé una buena dosis de sidenafil (la batalla que vendría lo ameritaba)

Pero en la vida, uno propone, dios dispone y el diablo…

Otro mensaje llegó a mi celular.

Era ‘El Mirrey’

‘Mi Tonny ando de fiesta, vente’

-¿Quiénes están y en dónde? Respondí

‘Están las tres P y estamos en la cueva de Caligula’

La oferta era irresistible: Las 3 P es algo a quien nadie se resiste: Plata, perico y p…

Bloqueé a la  tesorito y a Lolita, y me dirigí con el Mirrey.

Cuando llegué lo acompañaban otros dos mirreyes.

Me recibieron con el famoso aletazo de caguamo.

Llevaban mas de cinco horas bebiendo y se veían frescos

Un mezcal fue lo primero que llegó

¿Qué te parece?

Lo probé y dije: Bendito infierno

Ansioso esperaba las tres P prometidas

Llegaron unos tacos.

Un Mirrey me reclamaba que un día lo llamé chorcolata

Otro me miraba y me estudiaba. Bebía poco. Yo le tengo miedo a la gente que oculta sus vicios.

Después llegó un Chile en nogada (El mejor que he probado)

El otro Mirrey me hablaba de la sucesión, del pleito de Don M con Nacho y de los secretos que habitan en las cañerías de poder en su familia.

Las horas pasaron.

El Mirrey corcholata cantaba ‘un hombre busca una mujer’ con una voz similar a la de Palazuelos.

Me preguntó ¿De qué vives Tonny?

Mi oficio es hacer pinches muertos ´-respondí-

El otro seguía estudiándome como si en cualquier momento me quisiera lanzar un par de patadas tipo: Adame.

“Debe tener algunas filias y algunas fobias”.

Cuando pregunté por las tres P, solo se rieron y me dijeron: Pues somos tres Pipopes.

Solté una carcajada, los Mirreyes me habían engañado.

Fue una buena velada y contrario a lo que muchos piensan de los mirreyes, nuestra embriaguez la produjo el mezcal y no la Champaña.

El Sidenafil y todo lo que me había metido estaban haciendo efecto.

Me despedí con tres aletazos de caguamo y con la promesa de vernos en el Bada Bing.

Busqué a la tesorito y no me respondió, al llegar a casa, Lolita dormía como una roca.

Me quedé como el perro de las dos tortas: Sin la tesorito y sin Lolita, peor aun, con una alta dosis de sidenafil, que no se detuvo ni ahorcando a un ganso.

 

 

Mi cuenta en tuiter: @soprano_tonny

Columna ficción