H se anotó un buen punto al llevar a la cárcel al asesino de Ceci.
La jugada fue maestra y acabó con Zeta, una rata, que conoce los drenajes de muchas casas y por ahora no hará más daño.
En la investigación estuvo al frente ‘El Chueco’, un viejo agente que ha resuelto los casos más complejos del crimen en Puebla.
‘El Chueco’, pasó más de 300 horas viendo las cámaras de seguridad.
Le tomó días encontrar las pistas: La moto, la 9mm, la ruta que siguieron los asesinos para ubicar a Ceci y la ruta de escape, para esconder la motocicleta en un domicilio de la colonia universidades.
También reviso el teléfono de Ceci, halló mensajes comprometedores y amenazantes.
Al principio fue difícil, había al menos cinco sospechosos que hacían que todo fuera más confuso -me dice- mientras fumaba uno de sus ‘faros’ y se servía un poco de bacardi con coca y limón.
‘El Chueco’ se enteró del pasado de Ceci y de cómo vivió sus últimos días.
Ahora tiene en sus manos un verdadero arsenal de información.
Tiene el teléfono de Zeta, que sumado al de Ceci y el del Dr Tocino, le ha dado para desactivar algunas conspiraciones contra el sistema y si se puede, extorsionar a algunos políticos.
‘El Chueco’ prende otro cigarrillo y me dice: De los últimos mensajes que se mandaron Zeta y Santi, es que no huirían de Puebla. Ve.
Y me mostró una captura de pantalla: “…jefe, nunca le he dicho, pero tengo miedo, hay que irnos, ¿no?”
“Por ahora ni madres, quizás después de casarme, que esos cabrones sepan que el que nada debe nada teme”
Sabes mi Tonny, vendrán más cosas, casos que serán de horror y que superarán la ficción, otros asesinatos y la aparición de personajes involucrados con el narcotráfico y que son capaces no solo de mandar a ejecutar a la mamá de sus hijos, sino capaces de envenenar a su propia madre.
Por mi mente pasaron al menos un six de personas que pudieran encajar en ese perfil.
Prendí uno de sus faros y me preparé un bacacho con limón y coca.
Así que si algunos piensan que la podredumbre en Puebla está llegando a su fin, se equivoca, los muertos seguirán apareciendo
Los treinta de una Lolita
Una de mis Lolitas cumplió treinta años el fin de semana.
Tengo miedo de entrar al 3er piso. -me dijo-
Sabes que muñeca, a esa edad: Tienes la llave que abre todas las puertas. -respondí-
Solo sonrió y se tocó sus lindas y largas piernas.
Mi cuenta en tuiter: @soprano_tonny
Columna ficción