Ovidio Guzmán, hijo del cofundador del Cártel de Sinaloa, podría producir una gran cantidad de datos sobre los vínculos del grupo con políticos mexicanos.
Un hijo del cofundador del notorio Cártel de Sinaloa se declaró culpable el viernes de delitos de narcotráfico en Estados Unidos y firmó un acuerdo para ayudar a las autoridades estadounidenses, mientras los fiscales estadounidenses apuntan al grupo criminal global por su papel en el suministro de fentanilo.
Ovidio Guzmán, hijo del cofundador del cártel Joaquín “El Chapo” Guzmán, se declaró culpable de cuatro cargos, incluyendo distribución de drogas y participación en una empresa criminal continua, en un tribunal de Chicago el viernes.
En un acuerdo de culpabilidad, aceptó cooperar con las autoridades estadounidenses, lo que incluye testificar en cualquier proceso penal o civil.
Los cargos por los que se declaró culpable conllevan una pena mínima de 10 años y una pena máxima de cadena perpetua, según documentos judiciales. Su sentencia está prevista para septiembre.
El tribunal impuso una sentencia de 80 millones de dólares en su contra, afirmando que la cifra representaba ganancias que podían rastrearse hasta los delitos, y dijo que indicaría por separado cuánto de esa cifra se le ordenaría pagar.
El abogado de Guzmán y los fiscales de Chicago no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Guzmán es uno de los cuatro hijos de El Chapo, conocidos colectivamente como “Los Chapitos”, quienes lideraron una facción importante del cártel. Lideraron un cambio generacional en el grupo hacia los opioides sintéticos, alejándose de las drogas de origen vegetal, como la cocaína y la marihuana.
Su colaboración, justo cuando el gobierno del presidente Donald Trump intensifica la presión sobre la Ciudad de México por los cárteles de la droga, ha puesto nerviosos a sectores de la clase política, según analistas de seguridad locales. Guzmán es uno de los miembros de mayor rango del cártel que ha llegado a un acuerdo con la fiscalía y podría entregar abundante información sobre sus vínculos con políticos en ejercicio.
Guzmán codirigió una facción importante del Cártel de Sinaloa. Las autoridades estadounidenses creen que el grupo es la red más grande del mundo que produce fentanilo ilegal, el opioide que es una de las principales causas de muerte entre los jóvenes estadounidenses.
La Casa Blanca ha acusado al gobierno mexicano de una “alianza intolerable” con el narcotráfico. El presidente y su equipo han declarado a los cárteles organizaciones terroristas y se han negado a descartar una intervención militar para detener el flujo de fentanilo a través de la frontera.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aumentó la colaboración en materia de seguridad con Estados Unidos, pero rechazó acusaciones específicas y criticó a Estados Unidos por no compartir suficiente información o tener políticas contradictorias.
Guzmán fue extraditado de México a Estados Unidos en 2023, mientras que su hermano Joaquín fue arrestado en Texas el año pasado junto con su exsocio comercial Ismael “El Mayo” Zambada, quien dijo que fue llevado allí contra su voluntad.
Desde entonces, han circulado rumores sobre un acuerdo entre Guzmán y la fiscalía. En mayo, 17 miembros de su familia fueron escoltados a través de la frontera en lo que, según un funcionario mexicano, era “claramente” parte de una negociación con las autoridades estadounidenses.
El Chapo cumple cadena perpetua en Colorado tras ser declarado culpable de narcotráfico tras un juicio con gran repercusión. En Sinaloa, su estado natal, las dos facciones lideradas por sus otros hijos se han enfrentado en una feroz batalla con los leales a Zambada desde septiembre.
La guerra interna ha devastado la economía local y ha provocado más de 1.600 homicidios y 1.700 personas desaparecidas en el estado, según recuentos del periódico local Noroeste.