La Sala Nezahualcóyotl, un espacio acogedor que permite a los espectadores intimar con la sonoridad musical
La Sala Nezahualcóyotl, uno de los recintos de conciertos más destacados de México y Latinoamérica, es un tesoro acústico frecuentemente desconocido para muchos. Inaugurada a finales de 1976, esta sala se ha convertido en un punto de referencia para la música clásica y popular, gracias a su excepcional diseño y acústica.
Diseñada por los arquitectos mexicanos Arcadio Artis y Orso Núñez, la sala se erige sobre una superficie de 9,500 metros cuadrados y tiene capacidad para albergar a 2,311 personas. Su estructura poligonal y moderna, inspirada en el diseño del Concertgebouw de Ámsterdam y la Sala Usher de Edimburgo, fue concebida para ofrecer una experiencia sonora sin igual. El reto de alcanzar esta perfección acústica fue asumido por el ingeniero estadounidense Christopher Jaffe, quien sometió el recinto a exhaustivas pruebas de ingeniería acústica e isóptica, garantizando una calidad de sonido y una perspectiva óptima desde cualquier asiento.
Uno de los elementos distintivos de la Sala Nezahualcóyotl es su innovador arreglo de paneles acústicos suspendidos sobre el escenario y parte del auditorio. Estos paneles juegan un papel crucial en la reflexión y redirección del sonido, asegurando que la energía sonora de la orquesta se distribuya de manera uniforme hacia las butacas. Además, los respaldos de madera en los asientos contribuyen al rebote del sonido, creando una experiencia inmersiva para el público.
A pesar de su prestigio, la Sala Nezahualcóyotl a menudo queda eclipsada por nombres internacionales como Carnegie Hall en Nueva York, el Royal Opera House en Londres, el Teatro Colón en Argentina, la Musikverein en Viena y la Ópera de Sídney. Sin embargo, el edificio, escondido entre el paisaje pedregoso y el verdor del Centro Cultural Universitario en la Ciudad de México, sigue siendo un referente de calidad acústica en Latinoamérica.
Originalmente concebida para la Orquesta Filarmónica de la UNAM, la sala también ha sido el escenario de conciertos de artistas populares y eventos variados. Recientemente, Saúl Hernández y la Sonora Santanera hicieron vibrar la sala con su enérgico repertorio, mientras que Natalia Lafourcade deleitó al público con canciones de Agustín Lara. Incluso figuras del ajedrez como Karpov y Kasparov han mostrado su maestría en este emblemático lugar.
Además de su excelente acústica, la Sala Nezahualcóyotl ofrece a los asistentes una experiencia cultural accesible y enriquecedora, con una variada cartelera de conciertos durante todo el año. La sala también cuenta con camerinos y un salón de ensayos equipado con paneles acústicos y alfombra, lo que permite a diferentes ensambles tocar simultáneamente sin interferir en sus actuaciones.
El diseño de la sala es un destacado ejemplo de la arquitectura brutalista de la época y que hoy forma parte del trazo arquitectónico de la Ciudad de México, un sello característico del arquitecto Orso Núñez Ruiz Velasco. La Sala Nezahualcóyotl es una de las joyas ocultas de la Ciudad de México y testimonio de su excelencia musical y acústica.