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El ADN reescribe la historia de Pompeya: las víctimas no eran quienes creíamos

Por: Rocío Rios

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Un reciente análisis genético desmonta siglos de interpretaciones románticas sobre las víctimas del Vesubio y revela la sorprendente diversidad cultural de la antigua ciudad romana.

Pompeya, la ciudad sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., ha fascinado al mundo durante siglos. Sus calles intactas, sus frescos detenidos en el tiempo y, sobre todo, los moldes de las víctimas humanas —capturadas en sus últimos instantes de vida— han servido como ventana al pasado. Pero un nuevo estudio de ADN antiguo, publicado a finales de 2024, ha revelado que muchas de las historias que creíamos ciertas sobre estas personas eran, simplemente, incorrectas.

El hallazgo no solo cambia la forma en que entendemos a las víctimas, sino que también ofrece una imagen más matizada y diversa de la sociedad romana en una ciudad portuaria como Pompeya.

Cuando los moldes mienten

Durante más de un siglo, arqueólogos e historiadores han interpretado las escenas congeladas en los moldes de yeso basándose en las posturas de los cuerpos, sus ropas y objetos personales. Una figura abrazando a otra se asumía como madre e hijo. Un par de mujeres tomadas de la mano, como hermanas. Pero los resultados del nuevo análisis genético están desafiando estas suposiciones.

Uno de los casos más llamativos es el de un adulto con un brazalete de oro que sostenía en brazos a un niño. Se creyó durante décadas que se trataba de una madre protegiendo a su hijo. El ADN reveló otra historia: no existía parentesco sanguíneo entre ellos.

Otro caso emblemático es el de dos víctimas encontradas abrazadas, interpretadas durante años como hermanas o madre e hija. El análisis genético demostró que al menos una de ellas era genéticamente masculina, desmontando las lecturas anteriores y mostrando cómo las expectativas modernas pueden distorsionar la lectura del pasado.

“Estas revelaciones demuestran que las narrativas visuales, por conmovedoras que sean, pueden ser profundamente engañosas”, señalan los investigadores.

Una ciudad multicultural: Pompeya como espejo del Imperio

Más allá de lo íntimo y personal, el estudio también ha permitido trazar un mapa genético de la población pompeyana. Los resultados confirman que Pompeya era mucho más diversa de lo que tradicionalmente se pensaba. Se identificaron orígenes genéticos del este del Mediterráneo, lo que refleja la realidad del Imperio Romano como un espacio cosmopolita y multicultural.

La ciudad, situada estratégicamente en la costa, era un nodo comercial y cultural donde convivían ciudadanos de distintas partes del imperio. La genética ahora confirma lo que muchas fuentes escritas ya sugerían: la Roma imperial era, en términos actuales, una sociedad globalizada.

La ciencia corrige el mito

Este hallazgo marca un antes y un después en la manera de abordar los restos humanos en contextos arqueológicos. Históricamente, los arqueólogos dependían del análisis visual y del contexto material para construir relatos sobre las personas del pasado. Pero la incorporación del análisis de ADN permite confirmar —o desmentir— esas interpretaciones.

El estudio no solo identificó parentescos reales o sexos biológicos, sino que también abre la puerta a investigar enfermedades, dietas y condiciones de vida de estas poblaciones. Es una herramienta que no solo complementa, sino que a veces desafía frontalmente, las narrativas tradicionales.

Un nuevo desafío para los museos

Los descubrimientos también plantean preguntas incómodas para los museos y exposiciones de Pompeya. Muchas de ellas han perpetuado historias basadas en suposiciones románticas o simplificaciones. Ahora, con la evidencia científica en mano, se impone una revisión de cómo se presentan estas historias al público.

El uso del ADN antiguo no pretende despojar de humanidad a las víctimas, sino todo lo contrario: darles una voz más precisa, realista y respetuosa con su contexto histórico. Las figuras congeladas en ceniza ya no son solo símbolos de una tragedia pasada, sino sujetos con historias personales complejas, y parte de una sociedad mucho más diversa de lo que alguna vez imaginamos.


🧬 Claves del hallazgo genético en Pompeya:

  • Se descubrió que algunas víctimas no tenían parentesco pese a estar en posiciones afectuosas.

  • Identificaron casos en los que el género biológico no coincidía con las interpretaciones visuales.

  • El análisis reveló una gran diversidad genética con orígenes en el Mediterráneo oriental.

  • Se plantea una revisión crítica de las exposiciones museísticas sobre Pompeya.

  • El estudio abre una nueva era para la arqueología, combinando ciencia y contexto histórico