Leonardo da Vinci se adelantó 400 años: nuevo hallazgo en el Hombre de Vitruvio revela principios matemáticos modernos

Por: Rocío Rios

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Un triángulo oculto en el icónico dibujo de Leonardo da Vinci podría cambiar lo que sabemos sobre sus conocimientos científicos: aplicó una proporción matemática clave siglos antes de que fuera formalmente descubierta.

Leonardo da Vinci, el genio del Renacimiento, vuelve a sorprender al mundo más de 500 años después de su muerte. Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Mathematics and the Arts revela que, en su famoso dibujo del Hombre de Vitruvio, Da Vinci incorporó principios geométricos y proporciones anatómicas que no serían formuladas científicamente sino hasta el siglo XX.

El descubrimiento fue realizado por Rory Mac Sweeney, dentista e investigador con formación en geometría aplicada, quien encontró que entre las piernas de la figura se forma un triángulo equilátero que no solo es visualmente intencional, sino también matemáticamente relevante. Esta figura genera una proporción cercana a 1.64 – 1.65, casi idéntica a la razón tetraédrica de 1.633, utilizada actualmente en arquitectura, física, cristalografía y biomecánica.

Un triángulo milenario, una conexión moderna

Mac Sweeney partió de una cita poco atendida de los cuadernos de Da Vinci, donde el artista escribió que, al abrir las piernas y levantar los brazos, “el espacio entre las piernas será un triángulo equilátero”. Esa observación, ahora interpretada con nuevas herramientas, sugiere que Leonardo no solo perseguía la armonía estética, sino que comprendía principios de eficiencia estructural y proporciones funcionales del cuerpo humano.

Lo más llamativo es que esta misma forma aparece siglos después en la odontología moderna. En 1864, William Bonwill formuló el “triángulo de Bonwill”, una figura equilátera entre las articulaciones mandibulares y los dientes frontales inferiores, que sirve como base para la mecánica de la mandíbula. El triángulo oculto en el Hombre de Vitruvio coincide no solo en forma, sino en función: mostrar proporciones ideales para movimiento, equilibrio y anatomía.

Una obra de arte, una hipótesis científica

El estudio sugiere que Da Vinci intuyó estas relaciones desde una óptica sistemática y científica, no meramente artística. Su dibujo incluiría una hipótesis visual sobre cómo se organizan las proporciones humanas según leyes universales de geometría.

La razón tetraédrica —relacionada con la figura tridimensional del tetraedro— aparece en configuraciones naturales como estructuras cristalinas y en teorías arquitectónicas como la tenségrica, que analiza sistemas en equilibrio dinámico. Pero también se ha detectado en la arquitectura craneofacial del ser humano, lo que fortalece la idea de que el Hombre de Vitruvio refleja un cuerpo funcionalmente optimizado, no solo idealizado.

Esta misma lógica se vincula con la teoría esférica de Monson (1920), que sostiene que todos los dientes se alinean en una esfera imaginaria con base en el triángulo de Bonwill. Si Da Vinci anticipó esto, habría propuesto sin saberlo una visión tridimensional y matemática del cuerpo humano.

Leonardo: ¿el primer biomecánico de la historia?

Para Mac Sweeney, esto transforma por completo la percepción del dibujo. “Los principios geométricos presentes en cristales, biología y estructuras arquitectónicas parecen estar codificados en las proporciones humanas”, afirma. Esto posiciona a Leonardo como un precursor de la biomecánica y de la geometría aplicada a la anatomía.

Además, Da Vinci exploró estas ideas en otros manuscritos como el Codex Atlanticus, donde experimentó con patrones hexagonales y estructuras de círculos superpuestos, reflejando principios de simetría y eficiencia que la ciencia comenzaría a comprender siglos más tarde.

Más que arte, una visión del universo

El Hombre de Vitruvio ha sido símbolo del Renacimiento, del humanismo y de la proporción divina del cuerpo. Ahora, este estudio le suma una nueva dimensión: la de ser un modelo funcional y científicamente adelantado, donde cada trazo responde a una lógica estructural, anatómica y matemática.

Así, Leonardo da Vinci no solo representó al hombre como medida de todas las cosas, sino también como reflejo de leyes universales invisibles, codificadas en un dibujo que, más de 500 años después, sigue revelando secretos que lo acercan no solo al arte, sino a la ciencia más avanzada de nuestro tiempo.