En solo medio año de gobierno, la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha logrado un avance notable en la protección del patrimonio cultural nacional: México ha recuperado 2,042 piezas arqueológicas que se encontraban en el extranjero, un 14.5% del total rescatado durante todo el sexenio anterior.
Ciudad de México a 16 de abril de 2025. – Este esfuerzo, que continúa la política cultural impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, ha sido calificado como un “programa vigoroso” para la restitución de bienes históricos extraídos del país, muchos de ellos de manera ilegal o sin el consentimiento del Estado mexicano.
Una pieza olmeca, símbolo del esfuerzo diplomático
El anuncio fue encabezado por el canciller Juan Ramón de la Fuente y el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, en el emblemático Museo Nacional de Antropología. Durante la ceremonia, se presentó una pieza de barro prehispánica de origen olmeca, con características típicas del Altiplano Central mexicano, datada entre los años 800 y 400 a.C.
Esta pieza fue repatriada recientemente gracias a la labor del consulado de México en Los Ángeles, como parte de una estrategia diplomática que ha demostrado ser eficaz y constante. De la Fuente subrayó que la recuperación de estos objetos no solo representa la devolución de bienes materiales, sino un acto de justicia histórica y cultural.
“Estas piezas son testimonio de la grandeza de nuestras culturas, y de la importancia que tienen para mantener vigente nuestra identidad”, declaró el canciller. “Han sido sustraídas de su contexto original, pero estamos trabajando para traerlas de vuelta a donde pertenecen.”
Continuidad y expansión del programa
En su intervención, De la Fuente destacó que este esfuerzo no solo continuará, sino que se ampliará a través de toda la red consular y diplomática de México en el mundo, en cumplimiento de la instrucción directa de la presidenta Sheinbaum.
“La presidenta Claudia Sheinbaum nos ha instruido que le demos continuidad a este programa, que lo tratemos de ampliar (…) para seguir trayendo a su lugar de origen piezas como la que hoy estamos viendo.”
El director del INAH, Diego Prieto, coincidió en que la repatriación de objetos patrimoniales tiene una dimensión más allá de lo museográfico o académico: representa una reconexión simbólica con las raíces culturales del país, un acto que fortalece el tejido histórico y social.
Un compromiso con la identidad
Durante el sexenio de López Obrador, se recuperaron más de 14 mil piezas arqueológicas, muchas de ellas de gran tamaño y valor histórico, como estelas, esculturas monumentales y códices, algunas procedentes de colecciones privadas en Europa y América del Norte.
Aunque no todas las piezas recuperadas tienen dimensiones espectaculares, muchas poseen gran valor arqueológico y simbólico, como la figura olmeca mostrada esta semana, que “representa un valor particularmente importante para la cronología de la influencia olmeca en el Altiplano”, señaló De la Fuente.
Este tipo de hallazgos, aún cuando son pequeños en escala, ofrecen datos esenciales para los investigadores sobre las dinámicas de expansión cultural, comercio y migración de los pueblos originarios de Mesoamérica.
Retos legales y colaboración internacional
La recuperación de piezas arqueológicas suele implicar procesos legales complejos y diplomacia de alto nivel. En muchos casos, México ha contado con el apoyo de países que reconocen la ilegitimidad de la posesión de estos bienes y colaboran para su repatriación. Sin embargo, el reto continúa en países con legislaciones más laxas sobre el comercio de arte y antigüedades, donde el proceso puede prolongarse durante años.
La Secretaría de Relaciones Exteriores y el INAH trabajan conjuntamente con museos, casas de subastas, coleccionistas privados y autoridades judiciales para frenar el tráfico de bienes culturales mexicanos y devolverlos a su contexto original.
Un mensaje de dignidad cultural
Con esta política activa de recuperación del patrimonio, el gobierno de Claudia Sheinbaum no solo da continuidad al esfuerzo iniciado en el sexenio anterior, sino que reafirma el papel del Estado como custodio de la memoria histórica y cultural de México.
La recuperación de estas piezas no es solo una victoria diplomática, sino una reafirmación del valor de las culturas originarias y del derecho de los pueblos a preservar y proteger sus legados. A seis meses de iniciado su mandato, el mensaje es claro: el patrimonio de México no se negocia, y donde haya una pieza sustraída, habrá un país decidido a traerla de regreso.