La guerra de los espías: el servicio secreto ucraniano engañó a los agentes de Moscú durante meses para salvar Kiev

Por: Admin

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El Kremlin llegó a pagar millones por un golpe contra Zelenski que nunca se produjo

 

Ucrania va ganando varias guerras a la vez. La primera, la militar, con resultados tangibles en torno a Kiev. La segunda, la del relato, con un apoyo global mayoritario y con las mentiras y excusas de Rusia puestas en evidencia. La tercera, la económica, con un aislamiento cada vez más severo de Moscú. Quizá la última sea la menos conocida, pero sin esta, quizá no existirían las tres primeras: Ucrania también va ganando en la guerra de los espías.

Sergey Markov, ex asesor de Vladimir Putin, reveló esta semana que el fracaso de la toma de Kiev no se debe tanto a la ignorancia por parte del Kremlin sobre cuál era la resistencia real que iban a encontrarse las tropas rusas. Se debió más bien a una operación ucraniana de inteligencia en la que los agentes rusos del FSB (el equivalente a la antigua KGB en la era soviética), identificados desde hace meses por el Gobierno de Kiev, no fueron puestos al descubierto, detenidos y juzgados por espionaje, sino que los servicios secretos de Ucrania decidieron dejarles seguir espiando sin llamar su atención. Lo que sí hicieron es envenenar sus fuentes con mercancía podrida, es decir, información falsa, mezclada con datos verídicos pero de escaso valor estratégico.

Gracias a esta información falsa, en la que se explicitaba, según Markov, que “Ucrania no se defendería en caso de invasión rusa o lo haría de forma muy minoritaria”, el Kremlin ideó su estrategia de toma de Kiev en tres días con un 40% de las tropas que tenía acantonadas en la frontera. Días después, tuvo que enviar al resto ante la evidencia de que no eran suficientes, pero ya era tarde. La idea central de esa información enviada al Kremlin era que las tropas ucranianas se comportarían igual que hicieron en Crimea en 2014, es decir, permanecer pasivas ante la invasión rusa.

La realidad es que Zelenski no creyó que los rusos fueran a invadir Ucrania hasta que Joe Biden le envió los planes de la operación al detalle, filtrados por una de sus mejores fuentes en Moscú. Biden le pidió que lo estudiara con su ejército y prepararan las defensas lo mejor posible. En esa filtración estaba explicada por ejemplo la misión aerotransportada para tomar el aeropuerto de Hostomel, donde Rusia pretendía hacer un puente aéreo con aviones de transporte para transferir soldados directamente a pocos kilómetros de Kiev. Con Zelenski avisado y su ejército en guardia, varios de los helicópteros empleados en el asalto fueron derribados y los que sí consiguieron llegar fueron masacrados en la pista junto con los paracaidistas.

Una familia camina entre los escombros de Bucha.
Una familia camina entre los escombros de Bucha.EFE

Esta guerra ha demostrado que las comunicaciones rusas están siendo captadas y desencriptadas por la inteligencia Occidental sin ningún tipo de problemas. Otro ejemplo es el de las conversaciones de los implicados en la matanza de Bucha por parte de la inteligencia alemana. ¿Cuánta gente está escuchando los planes rusos?

Además, según el medio especializado en conflictos Bellingcat, el FSB ruso pagó millones de dólares a un grupo de militares y políticos supuestamente prorrusos para que, comenzada la invasión, montaran un golpe de Estado contra el presidente Zelenski. No sólo no hubo tal golpe, sino que además se quedaron el dinero y denunciaron la operación a los servicios secretos ucranianos.

DESESCOMBRO Y DESMINADO

Mientras, sigue el desescombro y desminado de Borodianka, la ciudad justo anterior a Bucha desde Bielorrusia, destruida por la artillería rusa casi hasta los cimientos. Cuentos, tal vez miles de cadáveres permanecen bajo montañas de cascotes.

El frente está mucho más parado que en los días anteriores, ya que los movimientos se producen en la retaguardia para rearmarse y redefinir las ofensivas. Las logistas ucranianas viajan a Polonia en busca de cascos, chalecos, medicinas y todo lo necesario para reabastecer a sus tropas. Rusia hace lo propio con su ejército, que ya llegado a la localidad clave de Izyum. Entre los batallones parcheados de la derrota de Kiev han llegado el 106, el 59 y el 26, casi todos ellos con muchas bajas. En breve se verá su verdadera capacidad bélica. Los dos bandos se preparan para la batalla decisiva del Donbás: uno intentando reforzar sus flancos para no caer embolsado en el área de Slaviansk. El otro, tratando de hacer justo lo contrario. El problema para ambos es que en la zona del Donbás llevan tiempo combatiendo y las defensas, así como las líneas de suministro, están mucho más consolidadas y será mucho más difícil avanzar o contraatacar.

Mientras, los militares ucranianos miraban al sol de este jueves con esperanza. Llega la temporada de ‘lo verde’, o sea, la primavera con su barro atasca tanques o “rasputitsa” y su hierba alta ideal para emboscadas. Es exactamente lo que van a seguir haciendo en esta fase de la guerra en el Donbás, donde no importa tanto el territorio que ocupen, sino el desgaste que le provoquen al enemigo cada vez que se mueva, exactamente igual que ha pasado en Kiev.

 

 

Vía: El Mundo