*Dr. Julián Germán Molina Carrillo.
*Director general del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.
El escándalo desatado a nivel nacional en los medios y entre la clase política, a raíz de los audios dados a conocer por la gobernadora de Campeche, Layda Sansores, en los que se escucha una conversación, en la que además de expresarse en forma despectiva en contra de los periodistas, además se refiere a diversos movimientos y transacciones que involucran su actividad política y de su partido, ha motivado, no solo una serie de críticas y descalificaciones en contra de Alito y el PRI, sino también se ha llevado entre los pies a los Partidos que conforman la Alianza “Va por México” es decir al PAN y PRD, quienes también han sido metidos en la misma bolsa por el Presidente López Obrador, al considerarlos como parte del mismo grupo de emisarios del pasado, conservadores, neoliberales y corruptos que manejaron al país los últimos periodos presidenciales.
La filtración de las primeras grabaciones y de las que seguramente se acumularán en los próximos días, hasta que renuncie Alito a la Presidencia Nacional del PRI, son un duro golpe, no solo a los sueños de Alito de convertirse en el candidato presidencial de la Alianza para 2024, sino a la endeble cohesión que une a los partidos opositores y que se reflejó en las pasadas elecciones a gobernador, donde sufrieron una derrota de 4 a 2 y que pareciera debilitarse para las elecciones a gobernador de 2023 en los estados de Coahuila y el Estado de México, que serán el preámbulo para la gran elección de 2024.
La decisión de la renuncia de Alito a la Presidencia Nacional del PRI, no solo debe pasar el filtro del dirigente, quien se niega a dejar el cargo, sino también del Partido que por ahora se encuentra en terapia intensiva y de la cual, quizás no salga bien librado. También es muy importante la opinión del PAN y del PRD que deben realizar una revisión de los daños que el escándalo les ha originado como oposición.
Lo que Alito no entiende, es que más allá de la cola larga que tiene como ex gobernador y líder político, su prestigio y credibilidad, hoy están por los suelos y ello arrastra a quienes han venido formando la única fuerza de oposición que existe en México en contra de AMLO y la 4T.
Además, la opinión de millones de mexicanos que hoy, no apoyan el gobierno y resultados del actual gobierno, difícilmente apoyarán a un Partido y su líder, que continúan con los viejos vicios de corrupción y mal uso de recursos públicos en perjuicio del erario, que si bien es cierto continúan en los gobiernos de Morena, los mexicanos estamos cansados de una lucha entre dos fuerzas políticas en las que la única opción es votar por el menos corrupto.
Hoy, no se trata de salvar a Alito, al PRI o a la alianza opositora, sino de construir un verdadero proyecto de nación, que responda a las demandas y expectativas de los mexicanos.
Y que, además, nos saque de los peores lugares a nivel
Mundial de corrupción, inseguridad, violencia, homicidios dolosos, desapariciones, feminicidios, violaciones a derechos humanos, pobreza, migración, desempleo y salud, que todos los días laceran al país y que es una herencia desastrosa que estamos dejando a las siguientes generaciones.
La renuncia de Alito, significa hoy, más que darle la razón a quienes lo han exhibido públicamente, el anteponer los intereses de un personaje y de su partido, en aras de lograr consolidar la alianza opositora para los siguientes procesos electorales de 2023 y 2024, quien no comprenda que solo formando un bloque opositor fuerte y con líderes confiables, es la única forma de lograr un gobierno de contrapesos, que impida que México continúe en el caos y con el desprestigio alcanzado a nivel internacional en los últimos cuatro años.
Lo anterior no será fácil y quizás de seguir la alianza, no les alcance para evitar que continúe Morena en la Presidencia para 2024, sin embargo, con una Cámara de Diputados y de Senadores plural, así como una real división de poderes, se puede evitar el
Centralismo y el gobierno de un solo hombre controlando todas las instituciones.
Es la hora de Salvar a México y si en ello
Amlito es sacrificado, alguien más hará su trabajo y la oposición avanzará.