El día que el riesgro de rebrote alcanza los 500 puntos el Govern ha anunciado nuevas restricciones en Cataluña para contener el avance del coronavirus. A partir del próximo 7 de enero nadie podrá entrar ni salir de los municipios, salvo motivo excepcional. Así lo ha anunciado este lunes la consejera de Salud, Alba Vergés, que ha reconocido que “el virus no da tregua”. Las nuevas medidas, que tendrán una vigencia de 10 días, se acompañarán de nuevas restricciones en el comercio, el ocio y la cultura.
El sector más afectado será el del comercio. Solo podrán permanecer abiertos los establecimientos que no superen los 400 metros cuadrados, mientras los centros comerciales deberán cerrar. Asimismo, durante el fin de semana todos los negocios, salvo los esenciales, tendrán que bajar la persiana.
La restauración mantiene las franjas
En cuanto a la restauración, las restricciones se mantienen en dos franjas de apertura, una para desayunos de 7.30 a 9.30 horas, y otra para comidas, entre las 13.00 y las 15.00 horas, mientras las cenas solo serán mediante servicio de recogida o entrega a domicilio.
Vergés ha dado cuenta este lunes de las nuevas restricciones avaladas por el Plan de Protección Civil de Cataluña (Procicat), que obligan a “parar el país” durante 10 días. “Necesitamos nuevas medias para reducir los contagios”, ha apostillado la consellera, que ha detallado que la vuelta al colegio se mantiene en el 11 de enero, aunque se suspenderán las actividades extraescolares.
Aumento de los casos
Este lunes se han notificado 1.319 nuevos contagios en Cataluña en las últimas 24 horas, mientras que la presión hospitalaria sigue al alza y hay 2.084 personas ingresas por Covid-19. Además, el riesgo de rebrote ha crecido hasta los 500 puntos. Ante este panorama, Vergés ha reconocido que la comunidad se encuentra “lejos del objetivo marcado”.
“Da igual que sea la continuación de la segunda ola o la tercera, el comportamiento es el mismo. Lo nos preocupa es que tenemos 16.000 casos a la semana y la presión asistencial crece”, ha apuntado el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, que ha apostillado que “necesitamos bajar el ritmo de país”.
