En una videollamada desde un lugar no revelado, Margarito Flores exnarcotraficante y ahora colaborador con las fuerzas del orden, desglosa su vida desde las sombras del Cartel de Sinaloa hasta su nueva misión de desentrañar los entresijos del mundo del narcotráfico.
“Mis hermanos estaban en la organización más grande y violenta, los Latin Kings… Básicamente, me criaron en ese tipo de cultura”, confiesa Margarito, conocido como “J” criado en la era del crack en Chicago, su vida tomó un giro temprano cuando su padre también narco lo llevó a México para su primer viaje de drogas a los 7 años.
La historia de los gemelos Flores es una de tráfico desenfrenado, tratos con los más temidos capos como “El Chapo” y momentos de violencia y traición. Su ascenso fue vertiginoso: a los 17 años manejaban 30 kilos de cocaína; a los 20 más de una tonelada al mes. Pero con el dinero vinieron las amenazas de los cárteles más poderosos de México.
En una transformación sorprendente, en 2008 los gemelos “cambiaron” según la DEA, y se convirtieron en informantes. Grabaron conversaciones con “El Chapo” y otros, ayudando a encarcelar a más de 50 traficantes. En lugar de cadena perpetua, cumplieron 12 años, enfocados en su seguridad.
Hoy Margarito de 42 años está en una nueva misión. Imparte clases sobre cárteles y testifica ante el Congreso de EE. UU. sobre los cárteles mexicanos. “Quiero asegurarme de que mi legado sea algo positivo“, declara.
Los gemelos Flores, en su auge, movieron más de 60 toneladas de cocaína, heroína y metanfetamina por EE. UU., ganando más dinero que muchos capos. Margarito arroja luz sobre la mal documentada parte estadounidense del tráfico, revelando la complejidad de las redes.
Esta historia se publica sin muro de pago, con más detalles sobre la vida de los gemelos Flores y entrevistas exclusivas con otros miembros del mundo del narcotráfico.
Vida en las Calles de Chicago
Nacido en 1981, Margarito Flores creció en una época tumultuosa en Chicago, rodeado de la pandilla Latin Kings y la influencia narcotraficante de su familia. Su padre encarcelado por narcotráfico, fue su introducción a un mundo de violencia y crimen desde temprana edad.
“Mi padre despreciaba a los pandilleros, lo creas o no. Para él, eran una vergüenza”, revela Margarito sobre su padre, un narco de la vieja escuela de Zacatecas. La vida de los gemelos Flores estaba entrelazada con las calles de la Villita de Chicago, donde su madre luchaba por criarlos mientras su padre cumplía una condena por heroína.
El crecimiento de los gemelos en el mundo del narcotráfico fue rápido y despiadado. Desde su primer trato con 30 kilos de cocaína a los 17 años hasta convertirse en distribuidores clave del Cartel de Sinaloa, su ascenso estuvo marcado por la violencia y el poder. Sin embargo, su cambio de rumbo en 2008 cooperando con la DEA, sorprendió a muchos.
Ahora Margarito se dedica a educar sobre los cárteles y su funcionamiento interno, buscando redimir su pasado. Desde Chicago hasta el narcotráfico, su vida es un relato de redención y lucha por un legado positivo en un mundo de crimen y violencia.
Con información de el periodista Ioan Grillo and CrashOutMedia
