Diplomacia en la cuerda floja entre México y España

Por: Adriana Colchado

@tamalito_rosa

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Felipe VI no contestó la carta de López Obrador al inicio del sexenio y Claudia Sheinbaum no lo invitó a su toma de protesta.

El 1 de octubre, Claudia Sheinbaum asumirá la presidencia de México, pero su llegada al poder ya está marcada por un conflicto diplomático heredado del sexenio de López Obrador. La polémica se desató cuando el gobierno mexicano decidió no invitar a Su Majestad Felipe VI, Rey de España, a la ceremonia de toma de posesión. En su lugar, solo fue convocado el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez.

 

 

Esta omisión provocó una fuerte respuesta por parte de España, que consideró inaceptable la descortesía. En una carta, el gobierno español confirmó que, debido a esta decisión, no enviarán ningún representante a la ceremonia, lo que ha generado preocupación por el impacto que esta situación pueda tener en las relaciones bilaterales entre ambas naciones.

La presidenta electa Claudia Sheinbaum justificó la exclusión del monarca español al recordar un evento que marcó el inicio del sexenio de López Obrador: la carta enviada en 2019 por el presidente mexicano, donde pedía una disculpa pública por los agravios cometidos durante la colonización. Dicho documento fue ignorado y filtrado a los medios por el gobierno español, lo que encendió la chispa de una rencilla que persiste hasta hoy. “Es evidente que fue algo que Andrés Manuel guardó en su caja de rencores”, comentó un analista cercano a la 4T.

Este pleito podría tener consecuencias significativas para la diplomacia y economía mexicana. España es el segundo socio comercial más importante de México en la Unión Europea, y la relación ha sido sólida en áreas como turismo, cultura y economía. La postura del gobierno de Sheinbaum ha sido aplaudida por algunos como un acto de coherencia, mientras otros critican que los intereses de la nación no deberían verse afectados por rencillas personales.

El tema ha escalado incluso en el Congreso español, donde el diputado Gerardo Pisarello declaró: “Es lógico que un rey que no respetó, no sea respetado. México no es un pueblo de súbditos, sino una república de mujeres y hombres libres”. Pisarello confirmó su asistencia a la toma de posesión, desafiando la postura de su propio gobierno, lo que añade más tensión al conflicto.