El expresidente y actual candidato republicano, Donald Trump, ha vuelto a centrar su discurso en la seguridad fronteriza y la migración, anunciando medidas drásticas en caso de retomar la presidencia de Estados Unidos. Durante un mitin en Raleigh, Carolina del Norte, Trump afirmó que, de ganar las elecciones, informará de inmediato a la futura mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, sobre la necesidad de frenar el flujo de migrantes y drogas hacia el territorio estadounidense. De lo contrario, advirtió, impondrá un arancel del 25% a todas las importaciones mexicanas.
“Si no detienen este embate de criminales y drogas que vienen a nuestro país, voy a imponer inmediatamente una tarifa de 25% a todo lo que envíen a Estados Unidos”, declaró Trump frente a una audiencia que respaldó sus palabras con aplausos. Aunque Trump aún no conoce personalmente a Sheinbaum, la describe como una “mujer amable”.
El comercio y las relaciones bajo amenaza
México es el primer socio comercial de Estados Unidos, y cualquier impuesto arancelario afectaría considerablemente a ambas economías. Trump ya ha recurrido a tácticas similares en el pasado: en 2019, bajo su mandato, amenazó con aranceles si el gobierno mexicano no colaboraba para reducir el flujo migratorio. Esa presión llevó a México a implementar la política “Remain in Mexico”, en la cual los migrantes debían esperar en territorio mexicano mientras procesaban sus solicitudes de asilo en Estados Unidos. Este programa fue desmantelado por la administración de Joe Biden, pero Trump ha prometido restaurarlo en su totalidad, así como otros programas que endurecen las condiciones para los migrantes.
Promesas de una campaña marcada por la migración y la seguridad
La campaña de Trump está fuertemente enfocada en una política migratoria restrictiva y el combate al tráfico de drogas. El republicano ha prometido derogar el programa de apoyo humanitario, creado por la administración actual, que permite a migrantes cubanos, nicaragüenses, haitianos y venezolanos solicitar asilo mediante la aplicación CBP One. Además, promete retomar la construcción del muro fronterizo, ejecutar redadas masivas y llevar a cabo deportaciones a gran escala.
Este fin de semana, el expresidente celebró mítines en estados clave, conocidos como “bisagra”, con el objetivo de movilizar a votantes rurales, un sector importante de su base electoral. En su cierre de campaña, se prevé que Trump continúe recorriendo estos estados para consolidar su apoyo en lugares como Carolina del Norte, Pennsylvania y Michigan, donde ha repetido su tradición de terminar sus campañas en la ciudad de Grand Rapids, un gesto que espera replicar el éxito electoral que tuvo en 2016.
Una relación incierta con México
El regreso de Trump a la Casa Blanca significaría una nueva fase en la relación entre Estados Unidos y México, marcada nuevamente por tensiones arancelarias y migratorias. La amenaza de imponer tarifas del 25% refleja el enfoque directo del expresidente para presionar a México, quien ha mantenido una postura crítica sobre la política migratoria estadounidense. Ante la eventualidad de su triunfo en las próximas elecciones, las políticas de seguridad fronteriza se convertirán en un tema fundamental en su administración, con implicaciones significativas para la región y la economía de ambos países.
Vía Latinus
