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Adriana Cabrera
El Tribunal de Apelaciones de Washington ha emitido un contundente fallo rechazando la inmunidad legal de Donald Trump por sus acciones durante su presidencia, particularmente relacionadas con sus intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020. Las tres juezas han coincidido en que el expresidente no está por encima de la ley y debe enfrentar las consecuencias de sus actos.
Trump, imputado por cuatro delitos en el caso penal de Washington, aún puede apelar la decisión ante instancias superiores, pero la sentencia marca un precedente importante en cuanto a la responsabilidad legal de los exmandatarios. La resolución detalla que la inmunidad presidencial no puede servir como escudo para cometer delitos, subrayando la importancia de mantener la integridad del proceso electoral y la rendición de cuentas de los funcionarios públicos.
Este contundente fallo rechaza el recurso del expresidente contra una decisión previa en el mismo sentido de la jueza federal Tanya Chutkan.
En el caso penal de Washington, Trump enfrenta cuatro delitos por sus intentos de alterar los resultados de las elecciones de 2020, los cuales culminaron en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. La sentencia del Tribunal destaca que, a efectos del proceso penal, Trump es considerado ciudadano y no presidente, despojándolo de cualquier inmunidad ejecutiva que pudiera haberle protegido durante su mandato.
Las juezas fundamentan su decisión argumentando que ningún presidente debería estar por encima de la ley, destacando que los supuestos esfuerzos de Trump por mantenerse en el poder tras perder las elecciones representan un asalto sin precedentes a la estructura de gobierno estadounidense.
Aunque Trump argumenta que la falta de inmunidad penal expondría a futuros presidentes a enjuiciamientos políticos, las juezas enfatizan que existen salvaguardias para evitar acusaciones infundadas y que el deber de hacer cumplir la ley durante las elecciones es fundamental para la integridad del sistema.
El fallo también rebate la pretensión de Trump de inmunidad casi absoluta, citando casos históricos como el Watergate para respaldar su decisión. A pesar de este revés judicial, los abogados de Trump han logrado ganar tiempo, postergando indefinidamente el inicio del juicio que estaba programado para el 4 de marzo.
Este retraso en el proceso penal de Washington permite al expresidente centrarse en su primera imputación relacionada con falsedades mercantiles en los pagos durante la campaña electoral de 2016. A pesar de las estrategias de Trump para retrasar sus casos, el juicio en Nueva York está programado para comenzar a tiempo, lo que indica que el expresidente enfrentará múltiples desafíos legales en los próximos meses.
Con información de El País.
