El campo agrícola de EE.UU. tras las políticas migratorias de Trump: grupo de estadounidenses se unen al trabajo en huertos

Por: Rocío Rios

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El regreso de Donald Trump a la presidencia y la reactivación de su política de cero tolerancia hacia los migrantes está cambiando la dinámica del sector agrícola estadounidense. Las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) han provocado la deportación de miles de trabajadores latinos, dejando vacantes en áreas de alta demanda como los huertos de mandarina. Esta situación ha dado lugar a una nueva realidad: ciudadanos estadounidenses recolectando frutas bajo el sol, un cambio que ya se ha vuelto viral en las redes sociales.


Las consecuencias de las políticas migratorias de Trump en el campo

La reactivación de las políticas migratorias bajo el mandato de Donald Trump ha tenido un impacto profundo en la agricultura de Estados Unidos. Con el aumento de las redadas de ICE, los campos agrícolas han visto cómo se vacían de trabajadores migrantes, muchos de ellos latinos, especialmente en sectores clave como la recolección de frutas en huertos de mandarina. La expulsión de estos trabajadores ha desbordado los campos y ha dejado vacantes en áreas de alta demanda laboral.

Ante la ausencia de estos trabajadores, los empleadores se han visto obligados a recurrir a ciudadanos estadounidenses para cubrir estos vacíos. Sin embargo, este cambio no ha sido fácil. El rendimiento y la eficiencia del nuevo personal han expuesto diferencias notables en cuanto a experiencia y ritmo de trabajo. Las tareas agrícolas, que requieren destrezas específicas adquiridas con años de experiencia, se han visto afectadas por esta transición.


El fenómeno de los “gringos” en el campo

La ausencia de trabajadores migrantes ha dado lugar a una situación inédita en la historia de la agricultura estadounidense: ciudadanos nacionales asumiendo roles que históricamente han sido ocupados por migrantes. Este cambio ha cobrado relevancia en redes sociales, donde los videos virales documentan el impacto de esta nueva realidad.

Plataformas como TikTok han sido testigos del fenómeno. Un video viral publicado por la cuenta @celicgrande muestra a un grupo de trabajadores estadounidenses recolectando mandarinas en un huerto, algo que los internautas han destacado como un claro contraste con el rendimiento y ritmo de los trabajadores latinos que antes desempeñaban esta tarea.

Los comentarios de los usuarios de las redes sociales no se han hecho esperar. Muchos observan que el ritmo de trabajo es considerablemente más lento, lo que ha generado comparaciones directas con la productividad de los migrantes que han sido deportados. En las imágenes se observa una clara disminución en la velocidad y eficiencia de la cosecha, lo que se traduce en una disminución en el rendimiento general.


Percepciones y reacciones del público

El debate generado en torno a este cambio en la fuerza laboral no se ha limitado solo a la observación de las diferencias en la productividad. En las redes sociales también han surgido preocupaciones sobre el impacto económico que podría tener esta nueva realidad para el sector agrícola.

Algunos usuarios se han mostrado preocupados por el aumento de costos debido a la menor eficiencia de los nuevos trabajadores. La idea de que la falta de experiencia podría afectar la competitividad del sector es un tema recurrente en los comentarios. Otros, sin embargo, consideran que el pago justo y las condiciones laborales más formales para los nuevos trabajadores podrían equilibrar las diferencias en el rendimiento.

Uno de los comentarios más representativos en TikTok refleja el sentimiento generalizado: “La diferencia es que a ellos sí les pagarán lo que corresponde, por más lentos que sean”. Este tipo de observaciones subraya una percepción crítica de la transición, que ha generado tanto apoyo como desaprobación en los usuarios.


El futuro del campo agrícola en Estados Unidos

El panorama agrícola de Estados Unidos está cambiando de manera inesperada. La reactivación de las políticas de cero tolerancia hacia los migrantes ha dejado una huella profunda, y aunque la mano de obra nacional está ocupando vacantes, la transición no ha sido sencilla. Las diferencias en el rendimiento, la eficiencia y la calidad del trabajo realizado se están haciendo cada vez más visibles, tanto en los campos como en las redes sociales.

A medida que la economía agrícola enfrenta estos nuevos desafíos, la discusión pública sobre el futuro del sector y las políticas migratorias continúa ganando terreno. La pregunta sigue siendo la misma: ¿será sostenible este nuevo modelo de trabajo en los campos de Estados Unidos, o la falta de mano de obra migrante terminará por afectar la competitividad de la agricultura en el país?