El primer ministro Hamdok está detenido y en paradero desconocido. Uno de los grupos que encabezaron la revolución de 2019 contra Omar al Bashir pide a los ciudadanos que salgan a las calles para frenar la asonada
Fuerzas militares en Sudán han arrestado al amanecer de este lunes a varios altos cargos civiles del Ejecutivo del país, incluido el primer ministro, Abdallah Hamdok, y a líderes de partidos y organizaciones progubernamentales en un golpe de Estado que los principales grupos revolucionarios sudaneses han respondido con llamadas a salir a la calle y a la desobediencia civil para defender la transición civil y democrática. El general Abdelfatah al Burhan, hombre fuerte del Ejército, ha disuelto el Consejo Soberano de Sudán, Gobierno de transición formado por militares y civiles, y ha decretado el estado de emergencia. Un gran número de personas se ha movilizado rápidamente en varias ciudades del país, incluida la capital, Jartum, tal y como muestran imágenes difundidas en las redes sociales, pese a que la señal de internet y teléfono ha sufrido importantes interrupciones desde primera hora de la mañana, según ha informado el Ministerio de Cultura e Información. El general Al Burhan ha realizado un anuncio que incluye la suspensión de varios artículos del Documento Constitucional pactado en agosto de 2019, tras la caída del dictador Omar al Bashir después de meses de movilizaciones prodemocráticas en las calles, informa Efe.
Hamdok, por su parte, ha sido trasladado por miembros de las fuerzas militares a un lugar desconocido tras ser inicialmente retenido en su domicilio, desde donde el primer ministro se habría negado a realizar una declaración a favor del golpe y habría llamado a los sudaneses a defender la revolución, según ha explicado el Ministerio de Información. El apagón de las telecomunicaciones ha sido confirmado por la organización de supervisión de NetBlocks. Varios uniformados también han asaltado la sede de la radio y la televisión estatales y han detenido a algunos empleados. Tras el pronunciamiento militar, Estados Unidos, la Unión Europea y la Liga Árabe han instado a regresar a la fase de transición.
El movimiento de los uniformados se produce en medio de la tensión entre los líderes civiles y militares encargados de dirigir el país, disparada en las últimas semanas a raíz de una intentona golpista abortada a finales de septiembre que degeneró en la peor crisis en el país desde el inicio de la transición, en verano de 2019. Miembros civiles del Ejecutivo habían alertado desde entonces de que el Ejército estaba fomentando la inestabilidad y sembrando la discordia entre sus filas con el fin de crear las condiciones oportunas para asaltar el poder. En este sentido, una facción muy próxima a los militares pero nominalmente integrada en las Fuerzas de la Libertad y el Cambio, que encabezaron las protestas contra Al Bashir, se escindió en las últimas semanas y formó una alianza propia que podría ofrecer una suerte de cobertura civil al Ejército.
Asimismo, desde el pasado sábado cientos de personas se mantuvieron concentradas en Jartum para pedir a los militares que asumieran el poder, en una protesta envuelta en sospecha por las imágenes en redes sociales que capturaron el reparto de comida y dinero entre asistentes y la presencia de niños. El 11 de octubre, Facebook anunció el cierre de una red de cientos de páginas falsas vinculadas a las Fuerzas de Apoyo Rápido, un temido grupo paramilitar, que intentaba manipular a la opinión pública pidiendo al ejército tomar el poder.
Líderes civiles del país se habían mostrado igualmente molestos y cada vez más impacientes ante la reticencia de los militares a realizar una reforma profunda de las instituciones de seguridad y militares, incluido su imperio económico, y de someterlas al control civil. También les han reprochado su obstrucción en cuestiones clave como investigar crímenes de las fuerzas de seguridad tras la caída de Al Bashir y cooperar con el Tribunal Penal Internacional en su investigación sobre el genocidio de Darfur, que podría salpicar a algunos de sus líderes.
En respuesta, las fuerzas revolucionarias y partidarios de un Gobierno civil y democrático protagonizaron el pasado sábado manifestaciones masivas en ciudades de todo el país, demostrando una gran capacidad de movilización que se está repitiendo este lunes. En un mensaje temprano difundido en las redes sociales, la Asociación de Profesionales de Sudán, que ya lideró las movilizaciones populares que llevaron a la caída de Al Bashir, ha hecho un llamamiento “a las masas del pueblo” a que “salgan a la calle y las ocupen por completo, y se preparen para resistir”. Imágenes en internet muestran cientos de manifestantes en puntos clave de la capital, como las inmediaciones de la sede del Ejército y del aeropuerto.
Entre los arrestados se encuentran varios miembros civiles del Consejo Soberano de Sudán, que actúa como jefe de Estado durante la transición, ministros, gobernadores estatales, incluido el de Jartum, miembros de un comité encargado de desmantelar las estructuras del régimen de Al Bashir y líderes de las principales organizaciones civiles del país, como las Fuerzas de la Libertad y el Cambio y la Asociación de Profesionales Sudaneses, según ha detallado en un comunicado el Partido del Congreso de Sudán, que se ha adherido a las protestas.
La Administración de Joe Biden en Estados Unidos, por su parte, ha reaccionado rápidamente a los hechos y ha amenazado con cortar su ayuda al país africano si no se detiene el golpe militar. El enviado especial del país para el Cuerno de África, Jeffrey Feltman, que este mismo fin de semana se reunió con los líderes militares y civiles del país, ha señalado en un mensaje en Twitter que los informes sobre un golpe militar son “totalmente inaceptables” y que cualquier cambio en el Gobierno “pone en riesgo la ayuda de Estados Unidos”.
Vía: El País