Muchos médicos dicen que los pacientes no vacunados de entre 20 y 30 años se enferman más gravemente y con mayor rapidez. Pero todavía faltan más datos para poder entender lo que sucede con la nueva variante.
Por Roni Caryn Rabin
Recientemente, un paciente de 28 años murió de COVID-19 en CoxHealth Medical Center en Springfield, Misuri. La semana pasada, un estudiante universitario de 21 años fue ingresado en cuidados intensivos.
Muchos de los pacientes con COVID-19 que ahora llegan al hospital no solo no están vacunados, sino que son mucho menores de 50 años, una clara diferencia con respecto a los pacientes frágiles y mayores que se contagiaron cuando la pandemia surgió por primera vez el año pasado.
En Baton Rouge, Luisiana, los adultos jóvenes que no presentan ninguno de los factores de riesgo habituales para las complicaciones graves de la enfermedad, como la obesidad o la diabetes, también están llegando a las salas de urgencias, gravemente enfermos. No está claro por qué están tan enfermos.
Los médicos que trabajan en las regiones que presentan un repunte en los contagios de covid en todo Estados Unidos dicen que los pacientes que llegan a sus hospitales no son como las personas que vieron el año pasado. Casi siempre sin vacunar, los recién llegados tienden a ser más jóvenes, muchos en sus 20 o 30 años. Y parecen estar más enfermos que los pacientes jóvenes del año pasado, por lo que se deterioran rápidamente.
Los médicos han acuñado una nueva frase para describirlos: “más jóvenes, más enfermos y mucho más rápido”. Muchos médicos que los tratan sospechan que la variante delta del coronavirus, que ahora representa más del 80 por ciento de las nuevas infecciones en todo el país, está influyendo.
Los estudios realizados en otros países sugieren que la variante puede causar una enfermedad más grave, pero no hay datos definitivos que demuestren que la nueva variante es peor para los adultos jóvenes.
Algunos expertos creen que el cambio en la demografía de los pacientes es el resultado de las tasas de vacunación más bajas en este grupo.
Hasta el domingo, más del 80 por ciento de los estadounidenses de 65 a 74 años estaban completamente vacunados, en comparación con menos de la mitad de los de 18 a 39 años, según cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).
Las vacunas son muy eficaces contra las complicaciones graves y los fallecimientos tras la infección con cualquier variante del virus, incluida la delta. Una gran mayoría de los pacientes hospitalizados en todo el país, aproximadamente el 97 por ciento, no están vacunados.
“No creo que existan pruebas sólidas sobre si [esa variante] causa una enfermedad más grave”, dijo Adam Ratner, profesor asociado de pediatría y microbiología en la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, sobre la variante delta.
“Esto puede ser conductual, una combinación del hecho de que estamos reanudando las cosas y en algunos sitios todos los lugares están abiertos y no hay mascarillas, lo cual es una situación distinta a lo que vimos hace un año o hace 15, 16 meses”, agregó.
Pero recientemente, la variante delta ha ofrecido una serie de sorpresas desagradables a los científicos, y las preguntas sobre la virulencia y la capacidad de la variante para causar una enfermedad más grave están adquiriendo una nueva urgencia.
La semana pasada, un documento interno de los CDC que fue obtenido por The New York Times describía la variante delta como una enfermedad tan contagiosa como la varicela y decía que “puede causar complicaciones más graves que las cepas alfa o ancestrales”.
“Algo sobre este virus es diferente en este grupo etario”, dijo Catherine O’Neal, directora médica del Centro Médico Regional Our Lady of the Lake en Baton Rouge, Luisiana. “Siempre veíamos los casos de algunas personas y decíamos: ‘¿Por qué diablos les pasó esto?’. Pero eso era algo raro. Ahora lo vemos con más frecuencia”.
“Creo que es un nuevo covid”, agregó.
Cam Patterson, rector de la Universidad de Arkansas para Ciencias Médicas, dijo que la edad promedio de los pacientes admitidos en el Centro Médico UAMS durante el invierno era de 60 años; ahora son de 40.
“Nuestra sensación es que las personas jóvenes y saludables son más susceptibles a la variante delta que a las versiones que circulaban antes”, dijo Patterson.
El primer caso de la variante delta se detectó en el hospital universitario el 1 de mayo y, para el 17 de junio, casi todas las infecciones fueron causadas por esa variante. “La transición que vimos hacia los pacientes más jóvenes y hacia las personas que se enfermaban más rápidamente coincidió casi con precisión con el surgimiento de delta aquí en Arkansas”, dijo Patterson. “Para nosotros es como si fuese una enfermedad completamente diferente”.
Donald McAvoy, de 33 años, un culturista conocido como Frue que administra un gimnasio en Jacksonville, Florida, no se molestó en recibir la vacuna contra la covid porque pensaba que el virus solo afectaba a las personas mayores con problemas de salud.
Pero hacia fines de junio tenía secreción nasal, por lo que pensó que era un resfriado o alergias. Su novia insistió en que se hiciera una prueba de coronavirus. Fue positivo y lo enviaron a casa con un pequeño dispositivo llamado oxímetro de pulso para controlar sus niveles de oxígeno en la sangre.
En el Baptist Medical Center Beaches le administraron oxígeno y lo ingresaron en la unidad de cuidados intensivos donde pasó 11 días, un momento que describió como “la cosa más aterradora por la que he pasado, no solo física sino mentalmente”. Su médico le dijo que había sido infectado con la variante delta.
Fue dado de alta el 8 de julio, pero tiene que usar un tanque de oxígeno. Ha perdido 11 kilos y se le advirtió que tomará de cuatro a seis semanas de descanso y terapia respiratoria antes de regresar al trabajo. Sin embargo, McAvoy teme que el reposo sea más largo.
“Ahora se trata de un virus que ofrece más oportunidades iguales”, dijo Angie Honsberg, directora de la unidad de cuidados intensivos del Centro Médico Universitario de Las Vegas.
Al principio de la pandemia, los pacientes llegaban al hospital después de pasar una o dos semanas en casa con síntomas. A menudo eran tratados en un piso regular durante algún tiempo antes de necesitar intubación o cuidados intensivos.
Al igual que McAvoy, sus pacientes más jóvenes se enferman mucho más rápidamente, dijo Honsberg. “Mi sospecha es que la variante delta probablemente se comporta de manera diferente”, dijo.
En Springfield, Misuri, Terrence Coulter, director de cuidados intensivos de CoxHealth, un hospital de 500 camas, dijo que los pacientes de COVID-19 que llegan al hospital son más jóvenes y están más enfermos que en la ola anterior.
“Durante los primeros contagios se pensaba que los pacientes jóvenes y los niños lo contraerían y ni siquiera sabrían que lo tenían, o que tendrían una enfermedad leve”, dijo Coulter. “Con la variante delta, no es así. Es mucho más severa, sin duda, que la variante original”.
Muchos pacientes hospitalizados tienen condiciones de salud subyacentes como diabetes, obesidad o presión arterial alta que son factores de riesgo para desarrollar complicaciones graves, dijo. Pero algunos pacientes más jóvenes no sufren ninguno de esos factores de riesgo.
“Eso es lo que realmente me asusta”, dijo. “Está afectando a personas más jóvenes y sanas que no crees que tengan una respuesta tan mala a la enfermedad”. A menudo se enfrentan a recuperaciones prolongadas, agregó Coulter, y algunos tendrán daños pulmonares duraderos.
En Estados Unidos, la variante delta es relativamente nueva y aún se están acumulando pruebas para determinar si se comporta de manera diferente y cómo evoluciona. Pero los expertos coinciden en que es más contagiosa. Las personas que están infectadas pueden portar la variante en grandes cantidades en sus vías respiratorias, según han encontrado algunos estudios.
Algunos investigadores también han sugerido que la variante puede causar una enfermedad más grave. Un estudio realizado en Escocia, que se publicó en The Lancet, examinó los casos de covid en la primavera cuando delta se convirtió en la cepa dominante en ese país.
Los pacientes infectados con la variante tenían casi el doble de riesgo de ser hospitalizados, en comparación con los infectados con la variante alfa. Los pacientes también eran más jóvenes, presumiblemente porque eran los últimos en la fila para ser vacunados, dijeron los autores del estudio.
En un estudio preliminar publicado en línea y que aún no ha sido revisado por pares, unos investigadores canadienses encontraron que el riesgo de ser admitido en cuidados intensivos era casi cuatro veces mayor en los pacientes con la variante delta, en comparación con los pacientes infectados con otras variantes. Los pacientes con delta tenían el doble de riesgo de sufrir hospitalización o muerte.
Una investigación realizada en Singapur, que se publicará en The Lancet, concluyó que los pacientes con la variante delta enfrentan mayores probabilidades de requerir oxígeno, cuidados intensivos o morir. Y un estudio en India, que también se publicó en línea y aún no se revisó por pares, detectó que en la segunda ola de contagios, cuando la variante delta era dominante, los pacientes enfrentaban un mayor riesgo de morir, especialmente los menores de 45 años.
Pero lo que parece ser una mayor virulencia puede ser simplemente el resultado del mayor contagio de la variante delta, dicen algunos expertos. A medida que más personas se infectan, es probable que aumente la cantidad de personas gravemente enfermas, incluso si la variante no causa complicaciones más graves que las versiones anteriores del virus.
“No he visto evidencia de que delta esté apuntando selectivamente a niños, adolescentes y adultos jóvenes”, dijo Peter Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical de la Facultad de Medicina de Baylor. “Mi impresión ha sido que este virus es tan altamente transmisible que cualquiera que no esté vacunado se contagiará, y eso incluye a los jóvenes”.
McAvoy se sintió aliviado al volver a ver a su hija de 2 años. Pero como estuvo sin ingresos durante más de un mes, se ha atrasado en los pagos de alquiler y servicios públicos, y los honorarios médicos que no cubre su seguro se están acumulando. Sus amigos le han creado una página de GoFundMe.
McAvoy, quien se ha convertido en un ferviente defensor de las vacunas, ha estado instando a sus amigos y familiares a que usen mascarillas y se vacunen. “El virus no discrimina”, dijo.