Washington / Ciudad de México.– La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó a última hora del lunes a Delta Air Lines y Aeroméxico deshacer su empresa conjunta antes del 1 de enero de 2026. Este acuerdo, vigente desde 2016, les permitía coordinar decisiones clave en rutas entre Estados Unidos y México, incluyendo programación de vuelos, precios y capacidad.
La medida, anunciada por el Departamento de Transporte (DOT, por sus siglas en inglés), es parte de un conjunto de acciones dirigidas a la aviación mexicana. En julio pasado, el organismo ya había propuesto la disolución de este esquema de cooperación tras considerar que generaba prácticas anticompetitivas.
“El DOT concluyó que esta acción es necesaria debido a los continuos efectos anticompetitivos en los mercados entre Estados Unidos y Ciudad de México, que proporcionan una ventaja injusta a Delta y Aeroméxico”, señaló la dependencia en un comunicado.
A pesar de la orden, el gobierno estadounidense no exigió a Delta vender su participación del 20% en Aeroméxico. Esto significa que ambas compañías seguirán vinculadas accionariamente, aunque sin la posibilidad de operar bajo un esquema de coordinación total en las rutas entre ambos países.
Reacción de Aeroméxico
Tras el anuncio, Aeroméxico lamentó la decisión del gobierno estadounidense y aseguró que sus clientes no se verán afectados.
“La resolución no afecta a nuestros clientes”, indicó la aerolínea en un comunicado, donde también subrayó que los acuerdos de código compartido con Delta “siguen y seguirán vigentes”, lo que garantiza que los pasajeros continuarán beneficiándose de la red de conectividad conjunta.
La empresa mexicana explicó que, junto con Delta, está evaluando la orden emitida por el DOT para definir los pasos a seguir respecto al futuro de su alianza estratégica.
Un cambio significativo en la aviación bilateral
El desmantelamiento de esta sociedad marca un punto de inflexión en las relaciones comerciales aéreas entre Estados Unidos y México. La alianza Delta-Aeroméxico había sido vista como un modelo de cooperación binacional en la industria, al facilitar rutas más amplias, precios competitivos y mayor conectividad. Sin embargo, autoridades estadounidenses argumentan que la concentración de mercado perjudicaba la competencia, en especial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Con la fecha límite fijada para el 1 de enero de 2026, ambas aerolíneas tendrán poco más de un año para reconfigurar su operación y buscar nuevas estrategias para mantener su presencia en uno de los corredores aéreos más transitados del mundo.
Fuente: El Economista