Tensiones entre Francia y EE.UU. tras declaración de Glucksmann sobre la Estatua de la Libertad. La Casa Blanca responde recordando el sacrificio estadounidense durante la WWII.
19 de marzo de 2025.
¡Vaya bombazo! Los ecos de la política global vuelven a sacudir las aguas del Atlántico. En una jugada arriesgada, Raphael Glucksmann, parlamentario europeo y líder de la oposición francesa, ha lanzado un desafío directo a Estados Unidos: ¡devuelvan la Estatua de la Libertad!
¿La razón? Glucksmann no se anda con rodeos. Para él, la icónica estatua ya no representa los valores de libertad por los que fue entregada a los Estados Unidos en 1886. Durante un mitin, el político francés declaró que algunos estadounidenses han “elegido ponerse del lado de los tiranos”, refiriéndose al acercamiento del expresidente Donald Trump con figuras autoritarias como Vladimir Putin.
El parlamentario no escatimó en críticas hacia Trump, citando su fallido intento de mediar entre Rusia y Ucrania y su disputa pública con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Según Glucksmann, Estados Unidos, antaño bastión de lucha contra el fascismo, ahora está tomando un rumbo peligroso al coquetear con el autoritarismo. “EE.UU. ya no es el defensor de los valores democráticos”, sentenció.
Aunque su comentario sobre la estatua fue simbólico, Glucksmann dejó claro que si Estados Unidos abandona esos principios, Europa tomará las riendas en la defensa de la libertad y la justicia. En sus palabras, si el gobierno estadounidense no defiende esos valores, entonces Europa debería estar lista para liderar la lucha contra los tiranos. Este punto de vista no es nuevo en el político francés, quien ha sido un firme defensor de aumentar el gasto europeo en defensa, especialmente ante el desinterés estadounidense por mantener el liderazgo global.
En cuanto al simbolismo de la Estatua de la Libertad, Glucksmann reafirmó que “es un símbolo de todos los pueblos libres”, no solo de Estados Unidos. Según él, esa figura ya no refleja la ideología actual del país, donde la democracia parece estar tambaleándose. Y en medio de este enfrentamiento de ideas, se rumorea que Glucksmann planea postularse para la presidencia de Francia en 2027, lo que solo avivará la controversia.
Pero la respuesta de la Casa Blanca no se hizo esperar. Karoline Leavitt, la secretaria de prensa de la administración Biden, no tuvo pelos en la lengua: “Rotundamente no”. Leavitt recordó al parlamentario francés que si hoy Francia sigue hablando francés y no alemán, es gracias a Estados Unidos, y no a los esfuerzos europeos. “Deberían estar agradecidos”, añadió con un tono tajante, subrayando que la alianza franco-estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial fue esencial para derrotar al nazismo.
¿El desenlace? Una guerra de palabras que no parece tener fin. Glucksmann desafía a Estados Unidos a reconsiderar su liderazgo global, mientras que Washington les recuerda a los franceses de dónde provienen realmente su libertad.
¿Deberían los Estados Unidos devolver la Estatua de la Libertad o defender sus principios como lo hicieron en el pasado? La pregunta queda abierta. La lucha por los valores democráticos nunca ha sido tan actual, y el futuro de la relación transatlántica parece más incierto que nunca.