La detención de Carlos Ahumada en Panamá en este contexto post elección, puede ser para algunos una sorpresa, pero nunca una casualidad. Este empresario de origen argentino y naturalizado mexicano, que fue detenido en el aeropuerto de Panamá bajo una “alerta azul” de la Interpol, enfrenta denuncias pendientes en México por presunto fraude genérico en obras públicas de la Ciudad de México entre los años 2000 y 2006. El poder de este hombre se debía a lo que callaba, y ahora su valor radicará en lo que dice, perfilándose para convertirse en el próximo Genaro García Luna.
La captura de Ahumada coincide con declaraciones recientes del diputado federal Nacho Mier, quien habló de las posibles reformas en el Poder Judicial, generando una reacción inmediata en los medios y en el mercado. Sin embargo, Claudia Sheinbaum, presidenta electa, rápidamente aclaró que no se realizarán reformas de facto sin un análisis profundo, desmarcándose por primera vez del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido un ferviente promotor de dichas reformas. Pese a esto, López Obrador reiteró su intención de implementar reformas.
El contexto político actual en México, marcado por la transición de poder, se torna aún más complejo con la detención de Ahumada. Esta captura es vista como una jugada estratégica, potencialmente beneficiosa para el grupo que busca consolidar su posición mientras enfrenta la lucha interna de la entrega-recepción del poder. La pregunta que surge es: ¿quién será más agresivo en esta pugna por el control del país?
Carlos Ahumada, ex esposo de Rosario Robles, tiene un historial cargado de controversias y corrupción. Su nombre saltó a la fama en 2003 al grabar a René Bejarano, entonces secretario del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, recibiendo miles de dólares en un acto que escandalizó a la nación.
Si bien muchos analistas no ven preocupante la detención de Ahumada, porque después de un proceso electoral tan pintado de guinda consideran que nada podría debilitar el fenómeno Morena, ni la popularidad de López, la información adecuada en unas manos vengativas, perversas y poderosas podrían hacer la diferencia. No se puede subestimar a los traidores y se avecinan tiempos de menos abrazos.
Actualmente, las autoridades mexicanas tienen un plazo de 24 horas para solicitar la extradición de Ahumada y proceder judicialmente. De no hacerlo, el empresario podría ser liberado nuevamente, lo que añadiría otra capa de intriga a esta ya de por sí tensa situación política.
Con la detención de Ahumada, el tablero político de México se reconfigura. La llegada de Sheinbaum al poder y su distanciamiento de ciertas políticas obradoristas marcan el inicio de una nueva era en la política mexicana, donde el control y la lucha por el poder se intensifican.