El pasajero Cuong Tran describe el momento en el que una parte del fuselaje del avión de Alaska Airlines se abrió en pleno vuelo a 16,000 pies de altura, succionando todo a su paso, incluyendo teléfonos, calcetines y zapatos. Aunque su cinturón de seguridad fue su salvavidas, resultó herido en el incidente ocurrido cerca de Portland, Oregón.
Tran es uno de los siete pasajeros que han presentado una demanda contra Boeing, Alaska Airlines y Spirit AeroSystems por el traumático suceso del 5 de enero. La investigación preliminar reveló que faltaban cuatro pernos cruciales que mantenían en su lugar una puerta adicional no utilizada en ese vuelo a California.
A pesar de que ninguno de los 177 pasajeros y tripulantes perdió la vida, Tran sufrió heridas y relata cómo el agujero se abrió de repente y la descompresión lo succionó. “Fue probablemente la primera vez en mi vida que tuve la sensación de no controlarlo todo“, explica.
La demanda, presentada en el Tribunal Superior del Condado de King, busca daños por lesiones físicas y “graves trastornos emocionales, miedo y ansiedad”. Boeing y Alaska Airlines han quedado en silencio sobre el litigio.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ordenó dejar en tierra los aviones 737 MAX 9, incluyendo los de Alaska Airlines, después del incidente. Sin embargo, la NTSB ha expresado preocupación por la falta de información de Boeing sobre el mantenimiento del avión.
Una audiencia de investigación está programada para agosto, mientras las preguntas sobre la seguridad y calidad de Boeing continúan en el centro de atención.
Vía BBC News
